En un emocionante avance, la ciencia está allanando el camino para permitir que las personas que sufren de parálisis puedan recuperar la capacidad de comunicarse, en buena parte, gracias a la inteligencia artificial (IA).
Dos equipos de investigación independientes, en Stanford y en las universidades UC San Francisco y UC Berkeley, han presentado estudios innovadores que utilizan interfaces cerebro-ordenador (BCI) para traducir las señales cerebrales en palabras y frases, permitiendo a los pacientes “hablar” a través de avatares digitales, de acuerdo con Xataka.
En el estudio de Stanford, se implantaron electrodos en el cerebro de un paciente con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), en áreas relacionadas con el habla. Utilizando un algoritmo de inteligencia artificial (IA) y un extenso entrenamiento, lograron traducir la actividad cerebral asociada con el intento de hablar en palabras y frases, a una velocidad de alrededor de 68 palabras por minuto.
Por otro lado, en el estudio de UC San Francisco y UC Berkeley, se colocaron electrodos en el cerebro de una paciente con una profunda parálisis. Mediante la identificación de patrones cerebrales cuando el paciente deseaba comunicarse, lograron asociar esas señales con expresiones faciales y habla sintetizada en un avatar digital. La velocidad de comunicación alcanzó las 78 palabras por minuto.
El hallazgo brinda esperanza
A pesar de que las tasas de error en vocabularios extensos aún no son insignificantes, estos estudios representan mejoras significativas en comparación con intentos anteriores. Según los investigadores, la tecnología existente alcanza una velocidad de entre 5 y 15 palabras por minuto, mientras que una conversación normal ronda entre 150 y 250 palabras por minuto.
Aunque estos avances prometedores aún se encuentran en una etapa de concepto y requieren más entrenamiento, plantean un rayo de esperanza para las personas afectadas por la parálisis. Sin embargo, quedan desafíos por resolver. La necesidad de asistentes para operar estos dispositivos, la potencial degradación de los electrodos y la complejidad de la conexión a dispositivos y computadoras son temas pendientes.
Además, estos estudios se centraron en pacientes con cierto grado de movimiento y habilidades para emitir sonidos. A pesar de esto, representan un paso significativo hacia la mitigación de los desafiantes efectos de enfermedades como la ELA.
Estos avances no solo ofrecen una voz a aquellos que la han perdido, sino que también abren la puerta a una nueva forma de comunicación y conexión con el mundo para las personas que enfrentan limitaciones físicas.
