Las autoridades trasladaron a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía, en el centro de Barranquilla, a los primeros ocho capturados por el multimillonario robo a la empresa Prosegur, ocurrido el pasado 1 de julio. Entre los detenidos figura una empleada de la compañía, según información conocida por diario El Heraldo.
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Los operativos, que se llevaron a cabo de manera simultánea desde la madrugada, forman parte de una investigación que busca esclarecer los detalles de uno de los hurtos más grandes registrados en la historia del país. En un inicio, se estimó que el monto del robo alcanzaba los $10 mil millones, cifra que pronto fue elevada a $15 mil millones. Sin embargo, tras avanzar en las investigaciones, la suma preliminar se estimó en $39 mil millones, posicionando este asalto por encima del llamado ‘Robo del Siglo’ en el Banco de la República de Valledupar, ocurrido en los años 90.
Avances en la investigación del nuevo “robo del siglo” en Barranquilla
Desde el día del hurto, la Fiscalía y la Policía han seguido distintas pistas que han permitido recuperar una parte del dinero robado. Según información preliminar, parte de estos fondos fueron rastreados en cuentas internacionales, así como en la adquisición de inmuebles y vehículos. Estos detalles serán ampliados durante la audiencia programada para este viernes, donde se espera que la Fiscalía y la Policía Metropolitana de Barranquilla proporcionen más información sobre el caso y los resultados de las diligencias.
Un golpe histórico a la seguridad financiera
El asalto a Prosegur, que ocurrió durante el festivo del 1 de julio, ha marcado un nuevo hito en los robos a entidades financieras del país. La magnitud del hurto no solo superó las primeras estimaciones, sino que también expuso fallas críticas en los sistemas de seguridad. Las autoridades continúan trabajando para determinar la participación de los capturados y dar con el paradero del resto de los responsables y el dinero sustraído.
Este caso, catalogado ya como uno de los más emblemáticos, refleja la necesidad de reforzar los controles en el sector financiero y mejorar los protocolos de seguridad para evitar eventos similares en el futuro.
