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Opinión: Se la tiro plena, Farías: ¡con usted, me pongo los guantes!

Por: Emel Alvear Cueto

Y se fue Arturo Reyes. Era inevitable. Una situación que se tornó insostenible después del empate a un gol frente a Santa Fé en Barranquilla, y que fácilmente podría convertirse en un tema de orden público ante la fuerte reacción de los hinchas terminado ese compromiso. No se podía más.

¿Pero, César Farías es el indicado? Es como pensar que Junior necesita un encendedor para avivar más el fuego en el que se consume a diario por la carencia de buen fútbol, trato con la pelota y resultados. Lo digo por el Farías como persona: un ser déspota, de un ego que le llega literalmente al cielo, peleonero y fastidioso con la prensa deportiva. ¿Qué buscó entonces don Fuad?

A mí me da la impresión, después de tantos años cubriendo al club tiburón, que los directivos se quedan sólo con las cosas positivas de un jugador refuerzo o un técnico entrante. No miran más allá de sus narices lo que realmente pueden ofrecerles en beneficio para el equipo. Y a sabiendas de lo que hacen, se dejan, como decimos en la costa Atlántica, bajar los pantalones y armar el desorden. Cobran y se van. No les importa más nada. Hay plata para dejarse tumbar en el rojiblanco.

El boxeo, como deporte y fuente informativa, me encanta. Los que me conocen saben cuánto disfruto de una velada, y todo lo que gira en torno alrededor de ella. Y usando un término muy popular del arte de fistiana, les voy a mostrar el récord de “kid” Farías para que se vayan haciendo una idea de quién es este técnico venezolano:

César Farías logró darle una identidad diferente a la selección de Venezuela entre los años 2007 y 2013 cuando estuvo al frente de la vinotinto. Pero al tiempo, fiel a su estilo, también dejó un recuerdito en la copa América Argentina 2011, cuando en el túnel, rumbo a los camerinos, encaró a Neymar porque este, en una acción de poco juego limpio durante el partido entre Brasil y Venezuela, no envió la pelota afuera de la cancha, estando un jugador venezolano tirado en la grama.

En el 2014, dirigiendo a Xolos de Tijuana en México, tras quedar eliminado de la Copa de Campeones ante el Cruz Azul, Farías se le fue encima, a puñetazos, a un integrante del cuerpo técnico de la máquina cementera, desatando la locura total en ese momento.

Un año después, en India, dirigiendo al NorthEast United, la tomó en contra del técnico italiano Marco Materazzi (el mismo que Zidane le metió un cabezazo en Alemania 2006). Se dijeron de todo, provocando una fuerte discusión entre los jugadores de bando y bando.

Regresó a Suramérica, y en el 2016 después de tener un paso por el Cerro Porteño del Paraguay, dijo presente con The Strongest de Bolivia. Allí, herido en su orgullo patriota, “le metió la mano” a Benjamin Saucedo, directivo de Oriente Petrolero, por haberlo tratado de “venezolano muerto de hambre”. La federación de ese país lo sancionó por dos años, aunque después esa suspensión fue revocada.

Pero la monumental fue en el 2023 en Ecuador. Después de que la directiva del Aucas (equipo con el que logró el título ecuatoriano nunca antes alcanzado en dicha liga durante su historia) le renovara su contrato, lo suspendieron por 14 meses tras “noquear” a dos jugadores del Delfín de Manta en medio del juego. ¡Una vaina de no creer!

Llegó a Colombia, y después de una notoria campaña con Águilas Doradas, aterrizó en el América de Cali. Ahí fue Troya, porque las relaciones dentro del plantel no fueron las mejores, ni con jugadores, ni con entrenadores de divisiones menores, ni con la prensa deportiva caleña, que le sacó los trapitos al aire, provocando la ira de Farías.

¡Wuaooo! Seis victorias, seis por la vía rápida, cero empates y cero derrotas (6V - 6KO - 0E - 0D) Repito, un registro envidiable para cualquier boxeador. Es más, ya está listo para ir en búsqueda de un título regional en cualquier entidad boxística.

Pero don Fuad Char lo dejó claro. Buscaron a un técnico para ser campeones de la liga y Copa Colombia. Para él, el idóneo es “kid” Farías, con todos sus defectos y “potente pegada” dentro del cuadrilátero.. perdón, dentro de la cancha.

Farías, yo le deseo el mejor de los éxitos. A ningún humano, quien habla, le desea el mal. Y ojalá en diciembre borde la estrella número once en el escudo de Junior. Pero sólo le digo que si busca peleas en Barranquilla, su récord de invicto lo perderá. Así como yo, cualquiera en la arenosa, puede ponerse los guantes y darle su propia medicina. Está en la tierra donde no somos dados a arrugarnos por nada, ni por “cualquiera”.

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