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El rostro de Putin lo dice todo cuando le informan que 1.000 soldados ucranianos entraron a Rusia

Una incursión audaz por parte de Ucrania pone en jaque a la defensa rusa en la región de Kursk, provocando una respuesta inmediata de Moscú y una ola de ev

En un desarrollo inesperado y audaz, 1.000 soldados ucranianos lograron adentrarse en territorio ruso, cruzando la frontera y poniendo en aprietos a las fuerzas de seguridad de Moscú. El presidente Vladimir Putin fue informado de esta incursión durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Rusia, donde se mostró visiblemente furioso ante la situación.

Ataque audaz y coordinado

En la mañana del miércoles se desató el caos en la región fronteriza de Kursk cuando tropas ucranianas lanzaron un ataque coordinado que sorprendió a las defensas rusas. Según el general Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor de Rusia, las fuerzas ucranianas, que sumaban aproximadamente 1.000 efectivos, avanzaron en el distrito de Sudzhinsky en un intento de capturar territorio.

Gerasimov, hablando desde un punto de control operativo por videoconferencia, explicó que la ofensiva ucraniana fue detenida gracias a una combinación de ataques aéreos, uso de misiles y fuego de artillería. “Las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que sumaban hasta 1.000 hombres, avanzaron para capturar una sección del territorio en el distrito de Sudzhinsky de la región de Kursk,” informó Gerasimov. “El avance del enemigo hacia el interior de la región de Kursk fue detenido”, citó el diario inglés Daily Mail.

Putin, descolocado

En la reunión de emergencia, Putin exigió informes detallados sobre la situación en Kursk. Gerasimov, con una expresión sombría, explicó que Ucrania había sufrido 315 bajas, incluyendo 100 muertos y 215 heridos. Además, se destruyeron 54 vehículos blindados, incluyendo siete tanques. “La operación continuará hasta que el enemigo sea derrotado y se restablezca el control de la frontera,” añadió Gerasimov.

A pesar de los esfuerzos rusos por repeler el ataque, se descubrió que las fuerzas ucranianas se encontraban a unos 16 kilómetros dentro del territorio ruso, desatando críticas feroces de comentaristas militares y residentes locales. La seguridad se incrementó en la Planta de Energía Nuclear de Kursk, con sistemas de defensa aérea Pantsir-S1 desplegados para proteger la instalación, aunque algunos guardias nacionales fueron reubicados hacia la frontera, dejando a personal femenino a cargo de la seguridad de la planta, según informantes locales.

Rusos evacuan la zona

El gobernador de Kursk, Alexei Smirnov, anunció la evacuación de miles de personas de la zona afectada y la cancelación de todos los eventos masivos. “Durante el último día, con nuestra ayuda, miles de personas abandonaron la zona de bombardeo en transporte personal,” declaró Smirnov en un mensaje en video en Telegram. No obstante, aseguró que “la situación en la región está bajo control.”

Putin, en una reunión televisada con funcionarios gubernamentales, condenó lo que describió como una “provocación a gran escala” por parte del régimen de Kyiv. “Está disparando indiscriminadamente con varios tipos de armas, incluyendo cohetes, contra edificios civiles, casas residenciales y ambulancias,” afirmó el presidente ruso.

Ucrania, por su parte, no ha reivindicado oficialmente la incursión, pero el asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podolyak insinuó en redes sociales que Moscú había utilizado sus regiones fronterizas con impunidad para ataques masivos de aire y artillería contra Ucrania.

Duro golpe interno y a la moral rusa

Las críticas dentro de Rusia no se hicieron esperar. Comentaristas militares pro-guerra y residentes locales expresaron su frustración por la falta de respuesta efectiva del alto mando militar ruso. Un residente enfurecido en Sudzha preguntó: “¿Dónde está nuestro ejército tan alabado? ¿Dónde está la defensa aérea...? No tenemos nada allí”, citó el Mail.

Otro aspecto destacado es el impacto en la moral rusa, pues queda en evidencia la fragilidad de las defensas rusas y la vulnerabilidad de sus regiones fronterizas. La captura de soldados conscriptos rusos por parte de las fuerzas ucranianas ha expuesto las mentiras de Putin sobre no enviar conscriptos a la zona de guerra. Uno de los prisioneros, Danil Kolesnikov, de 22 años, declaró que había sido capturado en el cruce fronterizo de Sudzha, indicando que él y otros conscriptos habían sido abandonados por sus comandantes.

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