Sobre las 10 de la noche del miércoles 16 de agosto, un bus intermunicipal de la empresa Supertaxis -que cubría la ruta Cali-Tumaco, fue obligado a detenerse en el kilómetro 92 de la vía Pasto-Tumaco, en cercanías a Junín, zona rural de Barbacoas.
Según testigos, hombres fuertemente armados obligaron al conductor a detenerse, para luego amenazar a los pasajeros de que dejaran todas sus pertenencias en el bus y se bajaran. En ese momento de angustia, algunas víctimas forcejearon con los sujetos y aseguraron que iban a ser secuestrados.
Tras este hecho, el Ejército hace presencia en este punto del departamento de Nariño para brindar seguridad a las personas que por allí transitan.
Hasta el momento, las autoridades no se han pronunciado sobre este hecho y se desconoce quienes están detrás del ataque.
En esta misma vía, el patrullero Jefferson Valencia, fue asesinado y su compañero Neider Pérez, logró huir de los criminales, recorriendo más de 50 kilómetros para llegar al corregimiento de Llorente. “Tuvo que cruzar la selva, árboles, la oscuridad, lo estaban persiguiendo para ultimarlo. Fue una situación compleja, pues tuvo que correr varias horas para salvar su vida”, reveló el coronel Wilson Siza, comandante de la Policía de Nariño.
Este caso se suma al atentado terrorista del pasado 14 de agosto a la fuerza pública en el corregimiento de El Remolino, ubicado al oriente del de Nariño, en límites al departamento del Cauca.
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Al parecer, hombres a bordo de motocicletas lanzaron un explosivo contra la subestación de Policía, causando una fuerte detonación que terminó en conflagración y dos uniformados heridos.
Lo que llamó la atención, es que el ataque se registró solo unas horas después de que el presidente Gustavo Petro concluyera un Consejo de Seguridad donde anunció medidas para el Cauca, tras el asesinato de cuatro policías en ese departamento.