Cuando se ven los distintos episodios de mal carácter o rabietas en los bebés y nenes más chicos, automáticamente la relación principal para tratar de entender por qué sucede lo asemejamos a un tema hereditario. Es probable que todos en algún momento en sus vidas hayan citados la frase: “tiene el mismo carácter de su papá”.
Especialista aseguran que lo genético forma parte del proceso, sin embargo, también alertan que no es la única característica para que un niño desarrolle el mal carácter.
Mal carácter o malcriadez
Como padres y por más que muchas veces cueste aceptar, es fundamental identificar de qué puede tratar los distintos estados de ánimo de sus hijos. Es bueno que cada ser humano pueda expresar sus sentimientos tantos positivos como negativos, pero las maneras en que se deben hacer es por donde radica todo.
Un mal día puede tener cualquier persona y los niños no están excepto, lo que no se puede permitir según varios estudios psicopedagógico es dejar desarrollar niveles de malcriadez y maneras erróneas o groseras cuando se quiere expresar una inquietud o disconformidad antes personas mayores o incluso con sus mismos compañeros de juegos y estudios.
Hábitos
Muchas veces la monotonía es una gran causante del mal carácter y fastidios de los niños, por eso, los hábitos y las maneras de desarrollar su día a día pueden ayudar significativamente a combatir el genio. Un ejemplo de esto es desarrollar varias actividades mediante juegos, situación que da la percepción de que se va a realizar una determinada tarea por recreación y no por obligación.
Otro consejo es hacer un espacio para el “sí”, para que el chico pueda aprender. Jugando y aprendiendo podrá crecer y para ello, la comida es un buen ejemplo. Hasta los nueve meses aproximadamente, se les da de comer y llega un momento en que ellos quieren ser activos, explorar, dejar de ser pasivos, salir al mundo. Dejarlos ser investigadores activos los dejará agotados, pero de estímulo y aprendizaje.