La lucha contra la depresión suma un nuevo tratamiento: estos son los detalles

El tratamiento SAINT contra la depresión, desarrollado por investigadores de Stanford, ayudó al 80% de los pacientes con los que trabajó.

Científicos de la Universidad de Stanford han desarrollado un nuevo tratamiento eficaz en el 80% de los casos de depresión analizados. Es una tasa que supera enormemente a los que recibieron placebo.

Es una estimulación cerebral magnética, conocida como Terapia de Neuromodulación Inteligente Acelerada de Stanford (SAINT, por sus siglas en inglés). La remisión ocurrió en cuestión de días y duró varios meses.

Como efectos secundarios se observaron fatiga temporal y dolores de cabeza.

Nolan Williams, profesor asistente de Psiquiatría y Ciencias del comportamiento, encabezó la investigación publicada en la revista American Journal of Psychiatry.

“Funciona bien, funciona rápidamente y no es invasivo”, destaca el profesor Williams. “Podría representar un cambio de juego”.

El tratamiento de Stanford contra la depresión

La labor se realizó con 29 pacientes con depresión, con edades de 22 a 80 años: un grupo recibió el tratamiento SAINT, y otro recibió placebo, que imitó al procedimiento real. Cinco días después, el 78.6% de los participantes en el primer grupo no estaban deprimidos, según métodos estándar de evaluación.

¿En qué consistieron los tratamientos?

El método utiliza la resonancia magnética para localizar la corteza prefrontal dorsolateral de cada participante. Su objetivo es ubicar el lugar de origen de las funciones ejecutivas, como la resolución de problemas y la inhibición de respuestas no deseadas.

Los investigadores estimularon una parte del cerebro que es hiperactiva en personas que experimentan depresión, una subregión que se relaciona con el cíngulado subgenual.

Se utilizó 1.800 pulsos por sesión, en lugar de 600, tratando a los participantes diez veces durante diez minutos, con descansos de 50 minutos en el intermedio.

“Queremos llevar esto a los departamentos de emergencia y salas psiquiátricas donde podamos tratar a las personas”, afirmó el profesor Williams en el comunicado de Stanford. “El período justo después de la hospitalización es cuando existe el mayor riesgo de suicidio”.

El testimonio de un paciente de la terapia SAINT

Tommy Van Brocklin, paciente de 60 años, con depresión desde que tenía 15 años, dio su visión respecto al tratamiento. Antes utilizó medicación (paroxetina), además de terapia de conversación, pero con resultados temporales.

Incluso, un medicamento lo hizo intentar suicidarse.

Luego de las primeras terapias SAINT, expresó: “Me sentí mucho mejor, y se me quedó grabado”.

“Tengo un deseo muy fuerte de vivir, ya no procrastino, estoy durmiendo mejor. Dejé completamente el alcohol. Estoy paseando a mi perro y tocando la guitarra de nuevo, por nada más que la pura alegría de ello”.

Para Van Brocklin, lo más importante es que se mantiene “positivo y soy respetuoso con los demás. Estos son grandes cambios en mi vida”.

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