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“La literatura infantil tiene un alma inmensa”: Roger Ycaza habló sobre ¡Vamos!, el libro infantil que discute la migración

Hablamos con el autor ecuatoriano sobre los alcances que tiene la literatura infantil para abrazar y discutir sobre lo social.

Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, toda persona tiene el derecho de migrar y buscar un futuro en tierras lejanas, con la esperanza de encontrar seguridad y nuevas oportunidades. Sin embargo, en los últimos tiempos, la migración ha dejado de ser solo un derecho para convertirse en una crisis global, impulsada por conflictos políticos, crisis económicas y desafíos humanitarios que sacuden al mundo entero.

Explicar esta realidad a los más pequeños no es tarea sencilla. Sus mentes, aún libres de prejuicios, perciben el cambio de hogar como una aventura, aunque en muchos casos está marcada por la incertidumbre y la nostalgia. Es aquí donde la literatura se convierte en un puente de entendimiento, y autores como Roger Ycaza logran capturar la esencia de la migración desde la mirada de la infancia. Ilustrador, músico y escritor, Ycaza ha dado vida a innumerables historias para distintas editoriales y ha creado sus propios relatos con un sello único y conmovedor.

Su obra ¡Vamos!, es un ejemplo de ello. A través de ilustraciones vibrantes y una narrativa que toca el alma, este libro nos muestra cómo los niños enfrentan el proceso de migración, adaptándose al cambio con una resiliencia que muchos adultos no logran comprender. En sus páginas, el viaje no es solo un desplazamiento físico, sino también un recorrido emocional, donde la esperanza, el miedo y la nostalgia se entrelazan. En Publimetro hablamos con Roger sobre el alcance social que literatura infantil y la importancia de hablar estos temas para todos

¿Por qué la literatura infantil tiene la oportunidad de abrir conversaciones complicadas para los niños?

Es realmente necesario abordar estas temáticas sensibles y llevarlas a los niños y niñas, porque son fundamentales en momentos como los que estamos viviendo. La migración, la separación, la agresión, el acoso, la muerte, incluso la dictadura, son temas que, aunque no son nuevos, han ido cobrando más fuerza dentro de la literatura infantil y juvenil.

Tratar estos temas a través de la literatura no solo ayuda a que los niños y niñas comprendan, de alguna manera, lo que sucede en el mundo, sino que también les permite sentirse acompañados. Siempre digo que los libros pueden hacer que los niños no se sientan solos en lo que están viviendo. Recuerdo que cuando era pequeño, en mi familia no había una cultura lectora y, además, los pocos libros que tenía no abordaban estos temas. Hoy en día, me parece fundamental que existan, porque ayudan a generar conversaciones y reflexiones esenciales.

Además, ahí es donde la ilustración y el libro álbum juegan un papel clave. Tienen el poder de condensar temas complejos en pocas palabras, en imágenes que logran transmitir un mensaje profundo. Por eso, siempre remarco que los libros infantiles no son solo para los niños. Son libros para todos. Una obra como esta impacta tanto a los niños como a los adultos, porque cada lector, sin importar su edad, puede verse reflejado en estas historias y encontrar en ellas un espacio para el entendimiento y la empatía.

Si leemos el libro, esto se puede reflejar en otras situaciones difíciles como el desplazamiento forzado ¿Por qué crees que representar estos conflictos con ilustraciones, permiten trasladarlos a otros contextos?

Es importante que un libro no tenga un único mensaje o una sola línea de lectura, sino que pueda ofrecer varias capas de interpretación. En esta historia, como bien mencionas, la migración es un tema central, pero también hablamos de la pérdida, del recuerdo y de la importancia de no olvidar. Son muchas las temáticas que emergen y que se entrelazan a lo largo del relato.

Creo que ese es uno de los mayores desafíos al momento de crear un libro como este: lograr que existan diferentes niveles de lectura, que haya capas y subcapas que inviten a descubrir nuevos significados en cada página. De esta manera, la historia no solo transmite un mensaje, sino que también abre la conversación de una forma más accesible y profunda, permitiendo que cada lector se conecte con ella desde su propia experiencia.

La literatura infantil está infravalorada, pero es una de las que más alcances puede tener, ¿cómo cambiar este estereotipo negativo de la literatura?

Para mí, esa percepción ni siquiera tiene sentido. Si miras el mundo editorial de la literatura infantil, te das cuenta de que es vasto y profundamente significativo. Como mencionaste al inicio de la conversación, estos libros están pensados para el futuro, para las generaciones que vienen. De ahí radica su importancia: no solo cuentan historias, sino que entregan herramientas a niñas y niños para comprender, digerir y analizar lo que ocurre en el mundo.

La literatura infantil es parte de la literatura universal. No es exclusiva para los más pequeños; es para todos. Un libro como ‘¡Vamos!’ puede ser disfrutado por un niño, pero también por un adulto. Hace poco, una amiga escritora, que normalmente escribe para público adulto, leyó el libro y se sintió profundamente conmovida. Porque estos temas nos atraviesan a todos: niños, jóvenes, adultos. La migración, la pérdida, el desarraigo, no son asuntos lejanos, sino realidades que vivimos constantemente.

En Ecuador, hace poco tuvimos la terrible noticia de la desaparición de unos niños, y coincidió con la publicación de mi libro. Esto me reafirmó que estos temas siempre han estado presentes y que es crucial que la literatura infantil no sea subestimada. No debería infravalorarse, sino reconocerse en el lugar que le corresponde: al mismo nivel de cualquier otra gran obra literaria.

¿Cómo estas representaciones artísticas son otras formas de visibilizar temas sociales?

Creo que, debido a la inquietud constante del ser humano, siempre estamos buscando nuevas formas de comunicarnos y de encontrarnos. Y el libro álbum es precisamente eso: una manera de llegar al otro, de abrir caminos hacia la reflexión y el diálogo. Aunque este formato no es nuevo, pues lleva años presente, sigue siendo una herramienta poderosa para condensar temáticas profundas. Su magia radica en la fusión de dos universos: el de la imagen y el de la palabra. Ese encuentro logra que el libro álbum explote en significados y se convierta en una obra de lecturas infinitas.

Existen muchos libros en este formato que han abierto espacios de conversación esenciales, y esa es su verdadera riqueza. No son solo para la infancia, sino para cualquier lector, sin importar su edad. De hecho, muchas veces los libros creados para niños terminan afectando profundamente a los adultos, porque nos interpelan desde otro lugar, nos hacen sentir y pensar de una manera distinta.

La literatura infantil tiene un alma inmensa. Su impacto va mucho más allá de su público objetivo, y en tiempos como los que vivimos, se vuelve más fundamental que nunca.

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