En el capítulo 30 del ‘Desafío XX’ la presencia de tres desafiantes invitadas marcarían el rumbo de la prueba de sentencia, premio y castigo, pues es la modalidad que se ha implementando para que los televidentes vivan la experiencia en la Ciudad de Las Cajas.
Es así como la prueba se llevó a cabo en el box de agua en la que la fuerza, destreza y en especial el equilibrio marcaría un resultado que beneficiaría a unos y afectaría a todos. La invitada de la casa Alpha se alzó con el triunfo por lo que al girar la ruleta se conoció el nuevo castigo implementado que trazaría los nervios de los participantes al tener que estar a la intemperie, por lo que Francisco indicó que decidieron que iría para Omega.
“Les explico, ustedes en algún momento en lo que queda de día van a oír una alarma, en ese instante tendrán un minuto para recoger y empacar lo que alcance. En ese punto les indicaremos hacia donde irán a dormir a la intemperie. Lo único que les puedo anticipar es que para sobrevivir a la noche ustedes tendrán que tener al menos, mínimo, nervios de acero. Cuando vuelvan a sonar la alarma que oyeron al principio su castigo habrá terminado y podrán regresar a la casa Omega”, indicó Andrea Serna.
Si9n embargo la decisión de Alpha y la explicación de Andrea Serna derivó en que Gaspar, capitana de Omega, se derramara en lagrimas y al ser cuestionada por ello dijo que tenía sentimientos encontrados.
Los participantes se prepararon para el castigo y al sonar la alarma salieron de Omega y enrumbaron sus pasos hacia el río de Tobia y llegaron a una casa abandonada sin techo ni puertas por las que pudiera ingresar cualquier animal de la zona.
Ante las condiciones de la casa los Omega decidieron que dormirían en uno de los corredores y más tarde Anamar se ofreció a hacer fuego para iluminarse en la austeridad de la noche, por lo que hicieron un ritual ante la fogata que logró para hacer un ritual para el siguiente ciclo. Sin embargo, será en el capítulo de esta noche en el que tal vez se conozcan los motivos por los que Andrea Serna habló de nervios.
