Las relaciones de pareja no son para todos y cada vez es más difícil mantener una relación duradera y que supere todos los obstáculos, por eso las personas que encuentran al ‘amor de su vida’, se preocupan por no perderlo por nada del mundo y aunque cada vez es más inusual ver matrimonios en las personas jóvenes, hay quienes aún tienen la tradición y sueñan con el ‘hasta que la muerte nos separe’.
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Pero para llegar allá además de tener una muy buen relación de noviazgo hace falta otra parte muy importante para llegar a ser una pareja de esposos y es la pedida de mano, ese momento de nervios en que muchos prefieren hacer algo sencillo para no pasar muchas angustias, pero otros se van por todo lo alto y hacen un gran plan para descrestar y que resulte ser un momento imposible de olvidar.
Pues el hombre de esta historia y su prometida seguro no van a olvidar la pedida de mano. Scott Clyne decidió hacer la petición de una forma romántica, en la mitad del mar, con el atardecer de fondo y a bordo de un yate. Todo parecía ir de acuerdo al plan, llevó a su novia al lugar pensado, se disponía a arrodillarse y cuando iba a sacar la caja con el anillo de su bolsillo se enredó con el objeto y la caja fue a dar al mar.
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El hombre sin pensarlo dos veces se lanzó detrás de la joya antes de que se hundiera y hasta ahí llegar su momento romántico, para su fortuna el anillo cayó dentro de la caja por lo que flotó y pudo agarrarlo sin problema y fue más el susto, cuando se aseguró que todo estaba bajó control miró a su prometida y le dije emocionado “lo tengo”. En medio de la angustia, las risas y el momento que finalmente terminó siendo inolvidable su novia le dijo que sí y todo terminó como lo había pensado, con algunos baches, o mejor, olas en el camino.
