Han pasado 25 años desde la muerte de La Princesa de Gales, Diana. Sin embargo, su fecha se conmemora y se recuerda como si hubiese sido ayer. Las fotografías de su carro, totalmente destrozado, se hicieron mundialmente conocidas y muchas personas, al rededor del mundo, se les arrugó el corazón, pues fue la figura de la realeza, a pesar de no pertenecer, más querida de todos.
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Y es que ella tenía algo especial, afirmaban muchos; su dulzura, su sencillez, esa sonrisa tímida que terminó con por conquistar el mundo entero y también a Dodi Al-Fayed, un millonario de 42 años que no pudo resistirse a los encantos de la Princesa de Gales, con la que compartió hasta su último día de vida.
El hombre fue el heredero del multimillonario egipcio Mohamed Al-Fayed, quien era propietario de varios almacenes británicos como Harrods, Fulham Football Club y el Hôtel Ritz en París. Además de eso, era productor de cine y había salido con varias celebridades como la misma Julia Roberts.
Todo con Diana inició cuando el padre de él, invitó a la Princesa a conocer su villa en St. Tropez, dónde empezó a verse a Diana frecuentemente. Las cosas entre ella y Dodi no habían empezado hace mucho y todo fue, desde un inicio, bastante polémico porque Dodi iba a llegar al altar con Gloria Allred. Cuando conoció a Diana, quedó tan encantado, que rompió su compromiso sin pensarlo. Se decía que luego de un mes de haber salido, tenía planes de proponerle matrimonio a la Princesa.
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A pesar de que muchos estaban contentos de ver a Diana reconstruir su vida, se dice que esa relación hubiera terminado en tragedia, por lo menos para la Realeza, que nunca estuvo de acuerdo con los movimientos de Diana, así que tenían miedo de que tuviera otro bebé con dicho hombre, sobre todo por la religión que practicaba Dodi: la musulmana, y esto hubiera sido una vergüenza para el trono real.
A pesar de llevar tan poco tiempo, los cercanos a la pareja afirmaban que se veían demasiado felices y con planes a futuro.
Paz en su tumba
