Alina Mcleod empezó su viaje por colombia a inicios de diciembre del año pasado, después de Bogotá estuvo por Cartagena e Islas del Rosario, el más reciente de sus destinos ha sido Santa Marta.
Fue en esta última ciudad que sufrió lo que ella ha llamado “uno de los momentos más terroríficos de su vida”.
Tras encontrar en internet que una de las mejores actividades para hacer en Santa Marta era caminar por el sendero pearonal del cerro Ziruma que une la playa de El Rodadero con el centro de Santa Marta, decidió hacer caso e ir a probar suerte en el mismo.
Estando allí, grabó diferentes videos para compartir luego en sus redes. Esta vez los usó de apoyo visual para su historia. Cuenta entonces que mientras empezó a caminar se dio cuenta de que el lugar estaba muy vacío, aún así, decidió continuar, rompiendo su regla de no estar sola en diferentes lugares cuando viaja.
Tras esta primera alerta, se topó con una segunda cuando un taxi que venía pasando por la vía, decidió andar más despacio junto a ella y empezar a decirle cosas que no entendió, pues no habla español. Tras lo sucedido, piensa que lo que este estaba intentando, era contarle que la venían siguiendo, que tuviese cuidado.
Sin embargo, siguió por el sendero cuando de repente escuchó a alguien detrás suyo, al voltear vio a un muchacho de entre 18 y 20 años, que aunque tampoco sabía qué le decía le sintió “malas vibras”.
Apenas se dio cuenta de lo que estaba pasando, salió a correr hacia él, una reacción que nunca esperó tomar, pues siempre había imaginado que en una situación de estas entregaría todo para estar a salvo.
Corriendo, se topó con un paradero cuyo bus había acabado de llegar, una de las mujeres esperándolo le dijo que subiera de inmediato con ella, pues notó lo asustada que estaba.
Cuando logró entrar al vehículo giró la cabeza para mirar al atracador, este sacó una pistola y le apuntó directamente a ella.
El momento le impidió dormir y desempeñar sus actividades cotidianas normalmente, y hasta pensó en suspender su viaje por el país. Sin embargo, días después de lo sucedido, con cabeza un poco más fría, tomó la decisión de seguirlo.
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