Un hecho reciente le ha dado la vuelta al mundo: dos activistas ecologistas arrojaron comida sobre una de las obras más reconocidas de todos los tiempos, ‘Los Girasoles’, de Vincent Van Gogh.
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Esto ocurrió en la Sala 43 de la National Gallery ubicada en Londres, en donde yace una de las cinco obras pintadas originalmente por el artista neerlandés. Esta en especial fue creada en agosto de 1888 en Arles, al sur de Francia.
Según informó la Policía Metropolitana, las dos personas ingresaron alrededor de las 11 de la mañana, cuando decidieron arrojar una lata de sopa de tomate sobre la obra y posteriormente aplicarse pegamento en sus manos y así pegarse a la pared que sostiene el cuadro.
¿Por qué lo hicieron?
Una de las manifestantes, identificada como Phoebe Plummer, de 21 años, gritó: “¿Qué vale más, el arte o la vida? ¿Vale más que la comida? ¿Vale más que la justicia? ¿Qué nos preocupa más, la protección de una pintura o la protección de nuestro planeta y la gente? La crisis por el coste de la vida es parte del coste de la crisis del petróleo”.
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Paralelamente a lo ocurrido en la galería, el grupo Just Stop Oil, del que hacen parte, publicó el mensaje: “¿De qué sirve el arte cuando nos enfrentamos al colapso de la sociedad civil? El establecimiento del arte, los artistas y el público amante del arte deben dar un paso adelante en la Resistencia Civil si quieren vivir en un mundo donde los humanos estén presentes para apreciar el arte”, en su cuenta de Twitter.
Tras el incidente, los manifestantes fueron detenidos por daños criminales y allanamiento agravado, y el lugar fue cerrado y evacuado por motivos de seguridad.
La obra estaba protegida por un vidrio, por lo que no sufrió daños, salvo algunas salpicaduras en el marco que la alojaba. De hecho, un vocero de Just Stop Oil aseguró que eso fue tomado en cuenta a la hora de realizar el performance.