La ‘obsolescencia programada’ es el mecanismo que varias compañías utilizan para reducir la vida útil de un celular. A nivel mundial, cada vez más países están en contra de este mecanismo, que ralentiza los teléfonos móviles. Y del que usted, sin darse cuenta, también está siendo víctima.
Es muy posible que esté leyendo este artículo en un celular, que ya no es tan rápido como lo era cuando lo compró. Esto no es por desgaste, sino por diseño. Compañías como Apple y Samsung han sido acusadas de ralentizar a propósito sus dispositivos luego de varios meses.
Según el presidente de la Fundación de Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada (Feniss), Benito Muros, la vida útil de un celular en la actualidad es de cerca de dos años. Una vez que va avanzando esta vida útil, el teléfono reduce sus prestaciones. Al final, la reparación es tan costosa que es económicamente más ventajoso comprar un teléfono nuevo.
Según dijo Muros a la agencia AFP, la vida útil de un celular si no tuviera estas restricciones sería mucho mayor: de 12 a 15 años.
Esto le ha valido a las fabricantes de teléfonos móviles investigaciones por prácticas comerciales deshonestas. En Italia, Samsung recibió una multa de 10 millones de euros (unos $37.000 millones). El motivo: obligar a instalar una actualización en sus equipos Note 4 diseñada para los Note 7. Esta actualización hizo que los teléfonos antiguos se volvieran muy lentos.
Lo mismo ocurrió con celulares de la marca Apple. El gobierno italiano encontró que el fabricante de Cupertino obligó a los usuarios de sus iPhone 6 a instalar una nueva versión de iOS diseñada para los iPhone 7. Además, la compañía no dio las características de sus baterías de litio a sus clientes, entre otras, su mantenimiento. Por todo esto, se hizo acreedora a una multa de 5 millones de euros (unos $18.500 millones).
