Los grandes espacios verdes de Bogotá se convirtieron en sitios que ya casi nadie visita. Pero, gracias a la memoria, podemos volver a ellos, así sea de manera virtual. El más reconocible de todos los parques de la ciudad lleva el nombre de un prócer de la independencia. Allí cada año se celebra el festival Rock al Parque y el Festival de Verano, eventos muy en veremos en este trágico 2020.
Enfrente, del otro lado de la avenida 63, se encuentra uno de los grandes parques que se inauguraron en 1968 para recibir al papa Pablo VI y que lleva el nombre de la hacienda donde se erigió. Además de haberse vuelto mágico desde hace algunos años, es tocayo de una unidad deportiva vecina, y de una ciudad y un centro comercial que no quedan muy lejos de allí.
Un componente de ese mismo sistema de parques son los jardines que rodean a una biblioteca que también tiene nombre de expresidente liberal. Para más pistas, el que sucedió a Belisario Betancur y antecedió a César Gaviria Trujillo. Y si uno baja hacia el occidente por la calle 63, se encuentra con el jardín Botánico de la ciudad, que lleva el nombre del director de la Expedición Botánica.
Otro parque muy emblemático de la ciudad, que congrega a miles de personas los fines de semana, lleva el nombre de un equipo de fútbol de Medellín y de un expresidente de la República, el primer liberal que llegó al poder luego de 48 años de hegemonía conservadora.
Ya en el norte de la ciudad está el muy mentado parque de la 93. Y unas cuadras al oriente, entre las carreras novena y séptima, hay otro parque, más tranquilo rodeado por un muro de piedras y que lleva el nombre del barrio que a su vez lleva el nombre de la hacienda donde se construyó dicho barrio. La casa de esa hacienda, contigua al parque, es hoy un museo que (adivinaron) lleva el nombre del parque y del barrio.
En el sur de la ciudad se construyó en la década del sesenta uno de los parques más emblemáticos de la ciudad. Está ubicado en la avenida Boyacá con carrera 19C y se caracteriza porque cuenta con una gran biblioteca pública. Además lleva el nombre de uno de los portales de TransMilenio.
Y aunque no forman parte del sistema de parques, la ciudad también nos ofrece espacios ideales para la recreación contemplativa, así como para el estudio de las aves y otros ejemplares de la fauna: los humedales. Uno de ellos está en medio del barrio Bonanza, en la localidad de Engativá, y tiene nombre de santa. Otro queda en el límite de la ciudad, en la localidad de Suba, y su nombre evoca un animal doméstico. Y donde se cruzan la avenida Suba con la calle 116 (o Pepe Sierra) está el que tiene nombre de héroe de la independencia y de aeropuerto paisa.
Y otro gran parque del sistema de parques de la ciudad queda por fuera de las fronteras del Distrito Capital, A él se llega por Engativá o por la autopista a Medellín, y tiene nombre de estado de Estados Unidos y lo visitan a menudo los observadores de aves.
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