Columnistas

¿De quién es la culpa?

Aunque la definición sea diferente para cada persona, en general todos quisiéramos tener buena salud, éxito personal y profesional, y con esto una consecuente felicidad que nos permita sentirnos plenos y realizados, pero también es claro que muchas veces es más el tiempo que se usa justificando y excusando el por qué no se han logrado esos resultados que realmente trabajando en ellos, por eso conviene pensar realmente de quién es la culpa. 

Puede ser de la búsqueda de un perfeccionismo excesivo, no solo en las cosas que se hacen sino en el momento en que se ejecutan, cuando la verdad es que no existe momento totalmente perfecto si no lo creamos. Cuando actuamos en busca de un objetivo estamos creando ese momento, pero cuando esperamos que el entorno se confabule para que suceda, es muy probable que jamás llegue.

También puede ser culpa de algunos anclajes que se tengan, y los dos básicos tienen que ver con anclarnos a viejas ideas que nos conducen hacia la negatividad en la que ninguna oportunidad nos parecerá lo suficientemente buena; o aquel que nos aferra a pensar que nada puede ser diferente a como lo hemos vivido hasta ahora, es decir, de entrada negamos el potencial que tenemos y el que podríamos llegar a tener, y si no creemos que podemos tener éxito, ¿cómo podemos tenerlo?

Tal vez la culpa sea de todo aquello con lo que nos permitimos distraernos, y esto va desde cosas sencillas y cotidianas como la televisión, hasta aquellas que pueden impactarnos más fuerte como el hecho de creer más en la opinión de otros que en la de nosotros mismos, ignorando que otras personas pueden hablar desde su miedo y con esto, si les damos credibilidad, limitamos nuestras posibilidades de éxito. Si nos permitimos distraernos en exceso, perderemos de vista nuestras metas.

Bueno, esto teniendo en cuenta que estén realmente claras nuestras metas, porque si no hemos definido exactamente qué es lo que buscamos alcanzar, será prácticamente imposible alcanzarlo, y aunque parezca algo obvio, pregúntales a quienes te rodean si tienen claro qué es el éxito y la felicidad para ellos. Hay quienes dicen dinero, pero no saben cuánto; o que hablan, por ejemplo, de tener éxito en su trabajo, pero no saben si eso es tener más trabajo, más reconocimiento o más autonomía.

Si realmente deseas algo para tu vida, lo que sea, debes dejar de desearlo y empezar a construirlo, a lograrlo, a hacer que las cosas pasen. No hay fórmula mágica para un gran éxito salvo el hecho de ser constante y trabajar con determinación y foco absoluto para lograrlo; por el contrario, si ante lo que quieres lograr solo tienes una lista de excusas que no te dejan avanzar, deberías revisarlas bien, porque seguramente la gran mayoría de ellas dicen lo mismo: la culpa o, mejor, la responsabilidad de lograr o no lo que deseas la tienes TÚ.

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

Síguenos en Google News:Google News

Contenido Patrocinado

Lo Último