El líder ultraderechista es uno de los gobernantes más escépticos sobre la pandemia. De hecho, llegó a calificar al COVID-19 como una «gripecita». Asimismo, desde el comienzo de la crisis, defiende el fin de las medidas de distanciamiento.
Para Jair Bolsonaro, más de la mitad de la población brasileña contraerá el coronavirus independiente de las medidas de aislamiento. Razón por la que su objetivo será evitar la recesión histórica que, en su opinión, generará hambre y pobreza.
En las últimas 24 horas se registraron 28936 nuevos casos, con lo que el número de contagiados subió a 555383. Ahora, Brasil es el segundo país con más casos en el mundo después de Estados Unidos. De igual manera, es el epicentro de la pandemia en América Latina.
Dichos números no han cambiado el pensamiento del presidente brasileño. Prueba de ello fueron unas nuevas polémicas declaraciones que generaron indignación. Y es que afirmó que «la muerte es el destino de todo el mundo».
«Yo lamento todos los muertos, pero es el destino de todo el mundo»
Y no fue lo único. En sus declaraciones, Bolsonaro volvió a defender el uso de la cloroquina para tratar a los pacientes con coronavirus pese a que la eficacia de esta medicina no está probada y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó sus suspensión.
«Las personas que reclaman por la cloroquina por lo menos que nos den una alternativa. Sabemos que puede no ser todo eso que algunos piensan, pero es lo que tenemos por ahora. Hay muchos relatos de pacientes y médicos favorables»
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