El pasado 20 de julio, cuando se instalaba el último periodo de la legislatura del Congreso en el gobierno de Juan Manuel Santos, él daba las gracias a los parlamentarios por contribuir con la construcción de la paz.
“Por eso hoy, con la voz de 49 millones de colombianos, les digo: ¡Gracias, Congreso de la Paz!”, porque desde el 1 de diciembre de 2016, cuando se refrendó el acuerdo con las Farc y empezó su implementación, los senadores y representantes votaron casi que unánimemente para darle vida al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, que incluía la Jurisdicción Especial para la Paz; para hacer posible el ingreso a la política a los miembros desmovilizados de las Farc y blindando y garantizando la estabilidad de los acuerdos.
Lo que no se imaginó en ese momento el presidente Santos es que para el segundo semestre del año las cosas cambiarían en el Congreso.
La Unidad Nacional dejó de ser unida y, sumando la oposición del partido del Centro Democrático, las votaciones de cada proyecto que se discutía con el fast track se hacía más complicada.
En la última semana quedó demostrada la división entre las bancadas con un confuso resultado en la votación de las 16 circunscripciones especiales para la paz y el hundimiento del proyecto de reforma política. La única salvada, a última hora, fue la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
JEP
Ayer la plenaria del Senado aprobó por mayoría el informe de conciliación que le da vía a la Ley Estatutaria que reglamenta la Jurisdicción Especial para la Paz, que será la encargada de juzgar a los responsables del conflicto armado. Aunque con modificaciones que no fueron del agrado del Gobierno ni de miembros de las Farc, la aprobación de esta ley permitirá que el Tribunal para la Paz entre en vigencia.
«Con la JEP ganan las víctimas. La decisión que ustedes tomaron va en camino de reconocer el derecho de las víctimas», dijo el ministro del Interior, Guillermo Rivera, tras la aprobación de la iniciativa en el último día del fast track.
Circunscripciones
La misma suerte no corrieron las 16 circunscripciones para la paz que fueron diseñadas para que representantes de las poblaciones con más víctimas del conflicto tuvieran una curul en la Cámara de Representantes.
Durante la votación de la conciliación en el Senado el proyecto obtuvo 50 votos a favor. Sin embargo, la confusión se dio cuando el Gobierno y el Senado empezaron a debatir por el número de senadores que se debían tener en cuenta para establecer la mayoría absoluta. Es decir, la mitad de los votos que se necesitan para aprobar un proyecto.
Entonces, para el presidente del Senado, Efraín Cepeda, el total de senadores es de 102. Pero el ministro del Interior y el senador Roy Barreras (ponente del proyecto) recordaron que en la actualidad hay solo 99, teniendo en cuenta que están suspendidos Musa Besaile, Bernardo ‘Ñoño’ Elías y Martín Morales.
Si se toma el número de senadores que dice Cepeda la mitad sería 51, por lo que haría falta un voto para aprobar las circunscripciones. Y, si se toma el número que entregan Rivera y Barreras, el proyecto pasaría con los 50 votos que hay.
Al cierre de esta edición el presidente del Senado se comprometió con el ministro de Interior a estudiar esta situación y revisar la jurisprudencia.