Las delegaciones del Gobierno y de las Farc desarrollaron este fin de semana en La Habana «intensas» jornadas de reuniones para avanzar en un nuevo acuerdo de paz que modifique el que fue rechazado en plebiscito del pasado 2 de octubre.
Ambas partes destacaron en sus cuentas de la red social Twitter las largas reuniones de análisis y diálogo mantenidas el sábado y el domingo en la capital cubana, sede de los diálogos de paz durante los últimos cuatro años.
“Delegaciones de Gobierno y Farc seguimos análisis de propuestas» y «ayer (sábado) revisamos en profundidad tema agrario, participación política y solución al problema de las drogas ilícitas» precisó en sus tuits la delegación gubernamental.
Las delegaciones negociadoras empezaron la revisión y ajustes de las más de 500 propuestas de la oposición que han sido condensadas en 57 ejes temáticos.
«Hoy comienza con @onucolombia mecanismo de verificación de cese al fuego. No más víctimas. Hay que consolidar la paz», dijo el presidente, Juan Manuel Santos, en Twitter.
El pasado viernes el jefe de Observadores Internacionales de la Misión de la ONU en Colombia, general Javier Pérez Aquino, indicó que la labor consiste en «monitorear y verificar desde las sedes regionales» y que «progresivamente se van a desplegar los observadores para que en enero esté todo el proceso logístico cuadrado».
Inicialmente, 63 delegados de las Naciones Unidas realizarán la labor en las sedes establecidas en las ciudades de Medellín, Bucaramanga, Florencia, Popayán, Quibdó, San José del Guaviare, Valledupar y Villavicencio.
En total, serán 400 los observadores que estarán en el país adelantando la tarea junto a 300 guerrilleros y un equipo del Gobierno nacional.
El Gobierno y las Farc firmaron el 26 de septiembre un acuerdo de paz luego de casi cuatro años de negociaciones en La Habana para acabar con el conflicto.
Sin embargo, la opción de ‘no’ al texto final del acuerdo ganó en el plebiscito del 2 de octubre, por lo que Santos debió convocar a los contradictores para alcanzar un consenso y desempantanar el proceso con la guerrilla más antigua de América.
El alto el fuego bilateral y definitivo entró en vigor el pasado 29 de agosto pero, tras el rechazo del acuerdo en el plebiscito, el Consejo de Seguridad de la ONU tuvo que aprobar los ajustes necesarios para un nuevo «protocolo puente» necesario para el mecanismo de monitoreo.