Daniel Habif es considerado uno de los mejores y más importantes conferencistas de habla hispana en el mundo. Ha roto los esquemas del impacto y alcance de la espiritualidad, la ciencia de la felicidad, motivación e inspiración, combinando arte, música y poesía.
Ahora llega con una experiencia digital llamada “Al carajo el miedo”, y es que reafirmando su compromiso con impulsar al mundo de manera positiva, motivando e inspirando de forma eficaz, vanguardista y creativa busca preparar y capacitar a millones de personas para que estén comprometidos con desarrollar sociedades empáticas, cooperativas y equilibradas donde se fomente el despertar de la consciencia colectiva.
Hablamos con el escritor sobre esta nueva apuesta y los proyectos que vienen.
¿Qué es “Al carajo el miedo”?
Me estoy enfocando específicamente en uno de los asuntos más esenciales para nuestra especie que es el miedo, que es tan fundamental como los sentidos, como el hambre. Estos miedos que cada día son más grandes, paralizantes, que nos llenan de visiones catastróficas, que nos dejan estancados. La intención sería intervenir estos miedos, identificarlos, aprender a desmantelarlos como sustento biológico, psicológico, científico y espiritual, aprender a redescubrirlos en nosotros y aprender también a navegarlos.
“Al carajo el miedo”, es una acción, una actitud, una guía para entrenarse para un crecimiento personal, un propósito educativo y un propósito motivacional.
Durante la pandemia muchas personas desarrollaron o supieron que era el miedo, ¿cree que el panorama actual tras haber llegado la vacuna va a cambiar?
El presente pesa muchísimo y la conciencia pesa más, y cuando la conciencia está en el presente da la posibilidad, no de detener el tiempo, pero sí de provocar momentos inolvidables cada segundo de la vida. Y cuando aprendemos a vivir sin esta ansiedad del futuro entendemos que por más planes que nosotros hagamos en la vida, la vida nos va a cambiar los planes, en mi caso bajo mi creencia espiritual, Dios nunca cambia sus promesas, y eso a mí me ayuda a caminar de una forma más sólida, más firme.
No puedo hablar por todas las personas porque no conozco sus circunstancias, puedo considerar que hay ciertas herramientas que me van a permitir andar de una forma más estable y mucho más equilibrada y una de ellas es entrenar la disciplina, no únicamente la motivación, porque le disciplina lleva a lugares donde la motivación no puede llegar.
¿En dónde encontrar motivación?
En la disciplina, cuando la motivación se acaba la disciplina la enciende, la gratitud le da el sentido de valoración, el sentido de pertenencia de la vida, todo lo que nos rodea, sí, nos rodean circunstancias terribles y horribles, muerte, fangos, culturas miserables y economías débiles, asesinatos, pederastia, feminicidios, pero tenemos que aprender a encontrar dentro de ese fango la belleza, no nos queda otra.
¿Qué cosas positivas encontró en medio de la crisis que vive el mundo?
La contemplación, hace mucho que no contemplaba, que no salía a darme tiempo y darte tiempo de calidad es darte felicidad. Pasaba horas contemplando la nada y eso me llevó a hacerme preguntas que no me había hecho cuando estaba en esta rapidez con la que giraba el mundo antes de la pandemia. Tuve platicas conmigo que no había tenido antes, descubrí que no era tan buena compañía como yo pensaba, tuve pláticas incómodas con mis hermanos, con mi esposa, y aprendí muchísimo de eso, aprendí a guardar más silencio y sigo aprendiendo.
Precisamente en ese contexto de incertidumbre en el que pasamos, tomo mucha fuerza la palabra resiliencia, ¿Qué significa para usted y cómo cree que puede aplicarse en una situación actual?
La resiliencia, aunque es un concepto que se ha convertido en un cliché, esto no hace que ese cliché carezca de verdad, y es una virtud que se puede entrenar. Todos hemos sido resilientes en algún momento de nuestra vida, cuando nos dejaron, cuando nos fueron infieles, nos traicionaron, cuando murió un ser querido, todos hemos sido resilientes y para mí eso es una palanca que se activa, y se activa desde la gratitud, se activa desde el deseo de transformar la realidad, de hacer de la realidad algo más profundo.
¿Está bien sentir miedo?
Claro, porque habríamos de avergonzarnos, al fin y al cabo, el miedo es la respuesta natural y normal a un dolor o una incertidumbre, jamás deberíamos avergonzarnos de nuestras heridas, sin romantizar por supuesto el miedo y el dolor, pero de mis cosas favoritas en la vida han sido mis heridas.
Por supuesto está bien sentir dolor y más si perdiste a alguien, no hay atajos para evitar ese dolor, no deberíamos sentir vergüenza por sentir culpa o sentir ira, no hay drama, es larguísimo el proceso para aprender a llevar nuestro dolor hacia un lugar bien encausado, yo creo que es correcto.
¿A qué cree que se debe el éxito de inquebrantables?
Hice inquebrantables para que fuera una palabra que cada quien tomara para su vida y le hiciera suya y como no tiene una estructura sino que es completamente libre creo que la gente ha ido diciendo “yo soy inquebrantable por eso”, “soy inquebrantable por tal cosa” y también creo que mi forma apasionada de ir y de servir, de hacerlo de forma creativa, vanguardista, de buscar la forma de auxiliar ahí afuera y de utilizar también el dolor que yo he vivido poniéndolo al servicio de otras personas, la gente se ha dado cuenta de qué estoy ahí para quedarme, no llegué como una moda o como una tendencia a pesar de ser brutalmente criticado, enjuiciado, crucificado, y qué voy a hacer no me queda otra sino seguir adelante.
Hablemos sobre el podcast que lanzó y los invitados colombianos.
Estuvo Andrés Parra, Juanes, Fonseca, Álvaro Uribe que me pudieran linchar unos y otros no, yo produje televisión mucho antes de salir a dar conferencias y conduje televisión por más de tres años y medio, era algo que tenía muchos deseos de volver hacer porque habían pasado ya casi 10 años.
Y como me gusta charlar, y me gustan esas pláticas largas, y estoy muy interesado en conocer las vidas de otras personas, como James que es un gran colega, es un niñazo y cracks como Fonseca, Juanes, Andrés Parra, la plática con Andrés Parra fue un manjar, primero porque nos identificamos muchísimo porque él ama el teatro y yo crecí en el teatro, entonces fue delicioso, y había una necesidad increíble de tener estas pláticas de horas y gracias a Dios funcionó muy bien, voy a sacar la segunda temporada próximamente