Nuez es un niño de Belém do Pará, una ciudad portuaria del nororiente de Brasil. Su mamá es una trabajadora sexual que queda embarazada y luego se enamora de quien será el padrastro de Nuez, un hombre alcohólico y energúmeno que después vivirá con ella y con la abuela de Nuez. Viviendo en un barrio con escasas oportunidades, la mamá de Nuez soporta los malos tratos de este hombre, que no solo la golpea a ella sino que también intenta enseñarle disciplina a Nuez, siempre por las malas.
Nuez no es un niño como cualquier otro, pero al mismo tiempo es la viva imagen de muchos niños latinoamericanos. Llevado al extremo del desespero en un hogar violento, Nuez huye de su casa. Su mamá también desaparece después de este episodio de violencia.
En las calles, Nuez se acostumbra a robar para comer en medio del bullicio de la ciudad, y aprende a escabullirse de la policía y de los tenderos que lo espantan de sus locales como si tuviera la peste. Mientras tanto, camina descalzo entre noches y días donde se distrae con las fantasías de la niñez; el fútbol, los superhéroes que salvan damiselas en la televisión y los recuerdos de algunas tardes donde jugaba con otros niños.
Su máximo sueño, al igual que el de muchos niños y jóvenes, es que lo descubran jugando en alguna cancha y lo lleven a entrenar en las grandes ligas. Algún día, piensa, podrá estar en la Selección brasileña y vestir la camiseta de Pelé. Estos sueños se le quedan truncados en cada despertar en los andenes, cuando los vecinos le echan agua fría para que se vaya a algún otro lugar a dormir.
La policía emprende su búsqueda una vez su abuela lo declara desaparecido, pero la única persona que puede relatar algo de él es una vecina que, en el fondo, se alegra que de Nuez esté perdido y no sea un «mal ejemplo» para su propio hijo. Su abuela tampoco sabe nada de él, así que la única que puede dar pistas sobre su paradero es esta vecina, que en el fondo representa a todas las personas que ven el problema como algo ajeno siempre y cuando los involucrados no sean sus propios hijos.
Niño-gallinazo
Una de las particularidades de este libro, inspirado en la novela original de Luizan Pinheiro (Adolescendo Solar) es que los niños, empezando por Nuez, son representados con cabezas de animal. Entre niños cerdo, niños perro, niños mico y niños gato, Nuez es un niño gallinazo al que todos hacen de lado.
Al final, estas viñetas llenas de expresionismo en acuarela incluyen un mensaje a modo de reflexión para exponer la situación de la infancia en Latinoamérica: «esta novela gráfica es un intento de ahuyentar, a través del arte, a los gallinazos que sobrevuelan nuestros países». Y es que, aunque Nuez sea un gallinazo, no deja de ser un niño que no puede arreglárselas solo en una ciudad donde todos los hacen a un lado. Al final del día, los «gallinazos» que nos afectan como sociedad no son aquellos que tienen que vérselas con la falta de oportunidades.