Hablemos de Cázame, la obra de Casa Ensamble. ¿Cómo le ha parecido la experiencia de hacer teatro de inmersión?
Esta es toda una experiencia distinta, interesante, encantadora. Estoy muy contenta con lo que estamos haciendo, porque, primero, estamos haciendo cosas diferentes en un teatro donde hay de todo, sobre todo en Bogotá. Desde lo más simple hasta esto, que es como lo más novedoso, el teatro inmersivo. Es una experiencia chévere tanto para el público como para los actores.
Su personaje es alguien muy misterioso, ¿se inspiró en alguna bruja o esoterista para darle vida?
No, la verdad fue saliendo así tal cual. Jimmy Rangel es una persona muy creativa y pues afortunadamente nos ha sabido guiar muy bien. Nos dio unas bases para construir el personaje y todos los fuimos construyendo a través de los ensayos y el trabajo juntos. No solo el mío, sino el de todos. Fue una gran experiencia.
Usted que lleva más de 30 años actuando, ¿cómo ha visto la evolución del teatro?
Yo creo que todo va de acuerdo a lo que va pidiendo el mercado del momento en que estamos. Hoy la tecnología tiene mucho que ver. Eso pasa en el teatro, el cine, la televisión… tú ves películas donde la tecnología es lo principal, igual en las series, han cambiado mucho los efectos especiales, y el teatro no puede quedarse atrás. Ahora, el teatro, gracias a Dios, sigue manteniendo una cosa más mágica. Más purista. Eso a pesar de la innovación, porque el teatro sigue manteniendo esa atmósfera única que tiene la expresión teatral. Es la dicha de estar ahí, en directo, más cerquita. Y en este caso con el teatro inmersivo mucho más, ya la gente no está sentada en una butaca con una distancia del escenario, sino que el público sigue estando ahí pero al lado de los actores, todavía se siente la magia del teatro.
Su hijo, Mateo Stivel, la dirigió hace poco, ¿cómo fue esa relación de director y actriz entre madre e hijo?
¡Ay! Eso sí fue muy bonito. (risas) Hace como un mes largo terminamos de grabar una serie para Caracol y fue una experiencia muy chévere. Me sentí muy feliz porque como mamá disfruto verlo trabajar y ver el respeto que se ha ganado, además de la seguridad y compromiso que tiene, es todo un orgullo. Es muy lindo poderlo constatar y que a mí me dirija igual que a todo el mundo.
Usted ha hablado en otras entrevistas sobre algunos papeles que no le gustaría hacer porque no se siente identificada con ellos, ¿cuáles son?
Yo, sin ánimo de parecer demasiado pudorosa, siento que ya es hora de que las producciones colombianas no sean un reflejo del narcotráfico, ¡como si la sociedad colombiana fuera solamente eso! En la medida de lo posible trato de no acercarme a ese tipo de producciones. Y creo que por suerte no me llaman mucho porque tal vez se dan cuenta. O tal vez no tengo el aspecto físico para hacer de ciertos personajes de ese estilo. Pero es ese tipo de cosas a las que no me gusta acercarme demasiado porque creo que ya cumplimos con la cuota de la narconovela y todo lo que tiene que ver con eso tan doloroso y aburrido que nos ha pasado.
Otros actores de mucha trayectoria, como Diego León Hoyos, han dicho que hoy en día la televisión colombiana es solo de realities, ¿qué opina?
(Risas) pues sí, la televisión ha cambiado mucho. El mercado cambia, la gente cambia. Los jóvenes hoy en día no tienen tampoco la misma paciencia. Antes la gente se sentaba en un día específico y a una hora para ver un programa. Creo que hoy en día con tanta tecnología y la facilidad de tener un teléfono y ver el episodio que quiera, a la hora que quiera, hace que todo lo demás sea así. Entonces ya no se piensa en la televisión de siempre, sino en las plataformas. En una tarde de sábado uno se ve una serie completa. Y sí, hay mucho reality. También hay dramatizados, pero queda la duda de si será buena idea transmitirlos o no. Uno necesita trabajar, por supuesto, pero a veces cuesta trabajar en cosas en las que uno preferiría no participar. Creo que lo que se viene para el espectro de la televisión es mucho más grande y tal como la conocemos va a desaparecer. Vamos a tener que reacomodarnos a internet.
¿Y podría decirse que estos cambios son más duros para los actores?
Claro, pero yo creo que eso va a ser pasajero hasta que se reacomode bien el sistema. Es curioso, porque se están haciendo más producciones, y sin embargo los actores sentimos que tenemos menos trabajo. Es una paradoja, porque es así. Yo nunca había pasado tantos años sin trabajo como ha pasado últimamente, pero también entiendo que todo se está reacomodando, las cosas están cambiando y hay gente nueva, caras nuevas. Y uno también tiene ciertos años (risas).