El Wall Street Journal, uno de los diarios más influyentes de Estados Unidos, publicó una editorial en la que asegura que el premio Nobel de Paz del presidente Juan Manuel Santos no es «merecido», y que debió haber sido entregado al expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Según el Journal, el premio Nobel anunciado este viernes en Oslo es un premio entregado «a campeones de la falsa paz y las buenas intenciones ingenuas» como Santos, que intentó realizar un acuerdo de 297 páginas aplaudido mundialmente y que fue especifiado por el Comité Noruego del Nobel como uno de los motivos para el premio.
«Pero los colombianos pensaron otra cosa, y con buenos motivos», asegura el editorial, que considera que la victoria del «no» en el plebiscito del pasado domingo fue una forma de los electores para rechazar un acuerdo que daba paz, pero no justicia.
«El voto da crédito al sentido común de colombianos ordinarios que quieren derrotar a las Farc, no acomodarse con ellos. Pero también es un rechazo al juicio y sentidos del Comité del Nobel, que aseguró en su anuncio que solo mediante un proceso de paz y reconciliación, el país podrá atacar efectivamente desafíos mayores como la pobreza, la injusticia social y los delitos relacionados con el narcotráfico», dice el Journal.
Según el diario, el premio a Santos recuerda a otros premios por la paz como el entregado en 2009 a Barack Obama por el retiro de tropas de Estados Unidos en Oriente Medio, que para varios analistas provocó la creación del Estado Islámico.
«El hombre que merece el premio es [Álvaro] Uribe, cuya campaña contra las Farc hizo la vida más segura para millones de colombianos», asegura el editorial, que lo comparó con «verdaderos hombres de paz» como el primer ministro británico en la Segunda Guerra Mundial Winston Churchill y el expresidente norteamericano Ronald Reagan, en cuyo mandato se debilitó la Unión Soviética.
El Wall Street Journal ha sido un crítico del proceso de paz: una columna en mayo de 2016 comparó a Santos con Hugo Chávez, otra editorial afirmó tras la firma del acuerdo de La Habana el 24 de agosto que se trataba de un acuerdo «humillante», y otra columnista aseguró el 25 de septiembre que los colombianos estaban molestos con la «obsesión» de Santos con firmar la paz.