Colombia

¿Por qué votar no al plebiscito? Responde Iván Duque

¿Por qué votar «no» al plebiscito?

Primero que todo, esta no es una elección con un falso dilema como el que ha tratado de plantear el Gobierno, de guerra o paz. Esta es una elección donde los colombianos podemos elegir libremente si estamos de acuerdo o no con los acuerdos de La Habana, y yo digo no porque estos acuerdos son malos. Son el triunfo de la criminalidad sobre la legalidad.

¿Por qué?

Porque no van a tener cárcel los máximos responsables de delitos de lesa humanidad. Porque se le va a dar legitimidad política a criminales de lesa humanidad, cuando la Constitución expresamente lo prohíbe. Porque las Farc no tienen ningún compromiso para contribuir a la reparación de las víctimas. Porque las Fuerzas Militares y las Farc han sido homologadas en la cadena de mando y en su carácter operativo. Porque se le va a dar el tratamiento de delito conexo al delito político el asesinato de soldados. Y porque estamos desbaratando las instituciones, el equilibrio de poderes, dándole al Presidente facultades, limitando lo que el Congreso puede discutir y, por supuesto, incorporando al Bloque de Constitucionalidad los acuerdos.

Se ve que las encuestas están muy irregulares. En unas gana el «no», en otras el «sí», los porcentajes son muy diferentes… ¿cómo ve su campaña el movimiento de la opinión pública?

Los colombianos han sido muy claros en las encuestas, en un sentimiento mayoritario del más del 70%, en no estar de acuerdo en que los máximos responsables de crímenes de lesa humanidad no paguen cárcel. Más del 70% dice que no está de acuerdo en que esos máximos responsables sean premiados por su actividad criminal llegando al Congreso de la República. Más que la encuesta del sí y el no, me parece que lo importante es que una inmensa minoría de colombianos es la que está pensando que hay que evitar que esos criminales no paguen cárcel y tengan elegibilidad política.

Usted menciona esa inmensa minoría y eso recuerda la «mayoría silenciosa» de Richard Nixon. ¿Cree que esa inmensa minoría que no está en Twitter, en Facebook o que no opina en los periódicos aparezca en las elecciones?

Las dos cosas no son comparables. Yo creo que en este país hay una gran ventaja y es que los colombianos ya no tragan entero, ya no se dejan carcomer su cerebro por la propaganda. El colombiano tiene cada vez más independencia, más autonomía y se entera por medios que no están manipulados por la propaganda, la publicidad oficial y la contratación con el Estado. Ellos saben lo que están votando y van a decir «no» a la elegibilidad política y «no» a la falta de castigo. Ese colombiano que está en las calles, que participa, y que se indigna con esto, es el colombiano que va a llegar a las urnas. Por eso creo que la gran sorpresa de esta elección va a ser que va a haber una campaña de opulencia, de mermelada y de derroche, y va a haber una campaña de persuasión, de contacto directo con el ciudadano que está indignado por estas cosas.

¿Cómo va a ser esta campaña de persuasión? ¿Cuáles son los pasos a seguir por los grupos que apoyan el «no»?

Primero, esta será una campaña en la que quien piense distinto a nosotros no es nuestro enemigo ni nuestro contradictor. Al contrario, es una persona a la cual tenemos que llegar con ideas, con argumentos y mostrando los textos de los acuerdos. Si alguien nos quiere atacar con el sentimiento maniqueo del Gobierno de dividir esto entre la paz y la guerra, lo que vamos a hacer es mostrar pedagógicamente los textos de los acuerdos, porque al leer los textos queda absolutamente claro que, si los máximos responsables «dicen la verdad» y participan en alguna actividad pedagógica, no tendrán cárcel.

Los textos dicen de manera clara que se les va a dar elegibilidad política cuando la Constitución lo prohíbe. Los textos dicen de manera explícita que el asesinato de soldados es un delito conexo al delito político, es decir, que se le está dando prácticamente una patente de corso a la guerrilla para asesinar soldados de manera indiscriminada cuando lo han hecho con sevicia, de manera atroz, algo que será fatal para la Fuerza Pública y la moral de los militares y las instituciones. Cuando a nosotros nos hablen de que las víctimas y su reparación son el centro de los acuerdos, vamos a mostrar que en ningún punto hay un compromiso en el que las Farc deban aportar recursos para salir a repararlos.

En el acuerdo de drogas, mucha poesía y muy poca concreción: las Farc solamente hablan de erradicación voluntaria. No hablan de entregar las rutas del narcotráfico, los laboratorios, los canales de distribución que tienen con el cartel de los soles, el de la Amazonía brasileña o la colaboración que tienen con los carteles mexicanos. Ellos no han entregado eso ni hay un compromiso para entregar quiénes son los proveedores de precursores químicos y cuál es la cadena de suministro. Si van a decir la verdad, la gran verdad también tiene que incluir eso.

Entonces, ¿cómo tiene que ser la campaña?

Alegre, persuasiva, pedagógica y de muchísimo contacto con la ciudadanía.

¿Qué ocurriría si en el plebiscito gana el Sí? ¿Cuál sería el siguiente paso para la campaña del No?

Los veredictos de las urnas son los veredictos de las urnas, pero esto no es un partido de tenis donde el que gana es el campeón. El plebiscito es un mecanismo donde el Presidente de la República convoca a la ciudadanía para que opine con respecto a una decisión que no requiere ir al Congreso, y como lo dijo la Corte, solamente es obligante para el Presidente. Todos los instrumentos de implementación tendrán que volver al Congreso para ser discutidos. Nosotros estamos en una tarea para defender nuestros principios. Lo hicimos cuando muchas de estas cosas se discutieron en el Congreso contra las mayorías de la Unidad Nacional, lo haremos en las urnas y lo seguiremos haciendo durante la discusión de la implementación y en las campañas para las elecciones parlamentaria y presidencial.

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