Los indígenas de la comunidad Embera Chamí que habitan en Bolívar, norte del Valle del Cauca, tienen buenas noticias: la semana pasada, junto a la Gobernación del departamento inauguraron un puente peatonal de 32 metros de largo sobre el río San Quininí.
Cuando no existía este paso debían atravesar dicho tramo por el río o sobre una estructura hecha con cuerdas y tablas que no les brindaba seguridad. “Una vez se me ahogó una mula porque el río estaba muy crecido. Toda la semana arreo con mercados y con esos sostengo a mi familia, estoy muy feliz por el nuevo puente”, dijo Ídmer Dovigamo, habitante de la zona.
El proyecto de infraestructura costó alrededor de $334 millones: se trata de un puente metálico con una altura de ocho metros desde el río, barandas metálicas y una estructura en madera plástica que permite mayor durabilidad.
“La comunidad venía pasando dificultades para trasladarse a través de este río. Existía un puente colgante en muy malas condiciones, que causó graves accidentes. La Gobernación del Valle y el Comité de Cafeteros iniciaron una obra de gran envergadura y hoy ya está garantizado el paso con toda la seguridad”, explicó el Secretario de Infraestructura y Valorización del departamento, Miguel Ángel Muñoz.
La estructura, que pesa 12 toneladas, fue construida en Tuluá y revisada por un equipo de ingenieros antes de que fuera trasladada a la selva con la ayuda de mulas. Los indígenas también colaboraron con la carga de vigas, pues desde el punto máximo de acceso vehicular hasta el cañón donde se instaló el puente hay casi tres kilómetros de distancia.
Con esta obra, que ya están en uso pero que será entregada oficialmente los próximos días, se benefician más de 1400 habitantes. “Antes pasábamos por un cable y ahora estamos mejor, más seguros con la implementación del puente”, dijo Winston Dovigamo, habitante de Bolívar.