Cuando en la mañana del primero de diciembre 2017 el personal de la casa de modas canadiense Mackage regresó a trabajar, se dio cuenta de que una sola prenda de su colección se había agotado inexplicablemente de la noche a la mañana.
Cada uno de sus abrigos de estilo militar con doble botonadura, cuyo precio era de US$1.013, había sido arrasado de los estantes en más de 20 países, en tres continentes.
¿La razón? Meghan Markle.
La prometida del príncipe Harry se había puesto el abrigo tan solo cinco horas antes, a unos 8.000 kilómetros de distancia, en su presentación pública en Nottingham, en el norte de Inglaterra.
En cuestión de minutos muchas mujeres en todo el mundo querían tener el abrigo de Mackage.
La empresa canadiense no fue la única ganadora.
La cartera
Meghan también llevaba una cartera de Strathberry, que se vende por US$675.