“Se han convertido en pájaros que vuelan alto, tan alto donde nadie los puede tocar, libres de todo humano del dolor y el llanto”, canta Li Saumet en “Pájaros”, una de las canciones más espirituales de Bomba Estéreo. Y esa misma sensación, que tantos amantes de la observación de pájaros en todo el mundo no saben cómo describir, es la que se vive al observar en medio de miles de cantos y de infinitos tonos de verde, a pájaros solitarios como el Barranquero y sus tonos de azul, o los Cardenales y su rojo furioso, entre muchos otros. Esa poderosa majestuosidad y singularidad de las miles de especies que hay en Colombia (país número uno en especies de aves) atraen a miles de turistas a Caldas y a su Paisaje Cultural Cafetero. Allí pueden adentrarse en esos bosques delirantes garciamarquianos y en los exuberantes paisajes circundantes a Manizales, en los que muchos de ellos podrán chequear nombres de su lista de especies y otros se encontrarán por primera vez con una actividad que va más allá de los recorridos tradicionales de la zona y que brindan experiencias únicas con la increíble naturaleza de la región.
Y es que ver pájaros no es solo un hobby que ha crecido mundialmente en los últimos años ni es solo cosa de especialistas. Como se constató en la VIII Feria de Aves de Sudamérica, varios ornitólogos, científicos, fotógrafos y aficionados (casi mil personas) se reunieron en el Recinto del Pensamiento, en Manizales, para compartir conocimiento y hacer salidas donde pudieron ver especies que son únicas en la región y el país. Muchos de ellos tienen orígenes fascinantes e invierten en su pasión todo lo que pueden, como la familia Rodríguez Astorino, de Argentina, que lleva en esto más de doce años y todos sus integrantes son fotógrafos. “Incorporamos la fotografía para identificar las distintas especies y la tecnología nos da una imagen para identificar lo que hemos avistado. Hemos hecho un esfuerzo para estar acá y para todos, Colombia es una de las mecas de los pajareros donde hay más variedad de aves. Empezamos a ahorrar hace más de un año. Tomás, el más chico, armó una alcancía y puso fotos de aves recortadas de acá de Colombia. También vendió comidas en su universidad y mi hija lo hizo con las artesanías”, explica el cabeza de familia. “Esto es nuestra vida. Hay emociones que la razón no comprende, una pasión no tiene explicación. Es una forma de vida nuestra”, explica.
Ellos combinan su pasión con su profesión, así como lo hace el uruguayo Juan Culasso, invidente, que se ha convertido en experto por reconocer los miles de cantos de pájaros alrededor del mundo. Comenzó observando aves como un juego, a los 7, 8 años, con una enciclopedia y luego en el campo. Totalmente autodidacta, reconoce solo por su sonido a miles de aves, memorizando su canto y aprendiéndolos. “Lamentablemente, en Latinoamérica te discriminan en la educación por tener alguna discapacidad. Toqué mucho el piano y la música jugó un papel fundamental. Uno tiene que entrenar todo el tiempo y así es como se construye algo”, afirma Culasso, quien ha estado desde la Antártida hasta el norte de Estados Unidos reconociendo especies de aves por su sonido, quien da conferencias y trabaja en tecnología accesible para personas ciegas.
De esta manera, el Festival (que tuvo dos años de preparación gracias a Cotelco, en unión con el gobierno nacional y otras instituciones ) quiere consolidar a Caldas como un lugar en donde el eco-turismo y la conservación son más que palabras rimbombantes. Con guías y científicos locales, y con lugares dispuestos para el avistamiento, como la finca La Romelia (entre muchos otros), el avistador y el turista que comienza de cero pueden dedicarse a hacer un recorrido impactante donde se pueden ver todo tipo de aves mientras se adentran en los bosques y sembradíos de la región. Actualmente hay 25 lugares de observación proporcionados por la Red de Aviturismo de Caldas.
Como en un cuadro de Frida
La pintora mexicana alguna vez se retrató descansando para siempre rodeada de enredaderas, como si de un sueño surreal se tratara. En la zona circundante a Manizales ese sueño es una realidad: en Tinamú, Eco- Hotel y una de las dos reservas de pájaros del departamento (la otra es la de Río Blanco), se puede dormir entre árboles donde revolotean colibríes y contemplar la quietud en medio de pájaros de todo tipo. Construido hace cinco años por Mauricio Londoño, esta reserva sigue los principios del ecoturismo sostenible: tiene pocas habitaciones, no aprovecha las temporadas y se encarga del sostenimiento del ecosistema privilegiado en el que se ubica.
De esta manera, el turista puede gozar de la gastronomía auténtica y propia de la región mientras mira comer a pájaros como Barranqueros o Azulejos en profunda quietud y tranquilidad. Y eso es, en últimas, lo que ha atraído a miles de turistas nacionales y extranjeros. “La paz ha atraído a los turistas y ha incrementado su presencia en Colombia”, afirma Londoño. En esto coincidió el primer fundador de la feria de avistamiento de aves en Gran Bretaña, Tim Appleton: “Antes la gente temía venir aquí por el terrorismo y por la situación actual. Ahora, motivados por lugares como Costa Rica, vienen aquí para observar aves propias de la región”, le explicó a Publimetro.
Colombia es un paraíso de pájaros. Uno en donde hasta ahora está redescubriendo su propia riqueza y sí, esos paisajes y esos cantos que tanto se han inmortalizado en canciones y libros. Y que, como afirman muchos observadores, novatos y expertos, va más allá de lo que pueden describir a primera impresión todos los sentidos.
Números
1.912 especies de aves son las que tiene el país actualmente.
14.987 turistas serían los interesados en venir a Colombia para observar aves.
900 mil pesos son los que se puede gastar el turista diariamente en observación de aves.
TENGA EN CUENTA QUE
-En las reservas reconocidas como Tinamú y Río Blanco, así como en los grupos de avistamiento, siempre se puede contar con un guía local para el avistamiento.
-Muchos de los sitios de avistamiento son especialistas en conservar otro tipo de fauna y flora. En la finca La Romelia hay criadero de orquídeas.
– Si no es un experto, no se preocupe. El guía debe darle un curso básico sobre cómo usar binoculares, entre otras herramientas. Además, hay pájaros que se divisan a simple vista.
-Venga a la zona por tierra: debido al complejo clima de la región, es preferible hacerse el recorrido hasta Manizales y devolverse por la misma forma.
-La experiencia de hospedaje en fincas es increíble, pero uno de los hoteles modernos más recomendables en Manizales es Quo Hotel. Su gastronomía es excelente.