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Casi todos los planetas del Sistema Solar empezaron a girar en sentido contrario: ¿A qué se debe este fenómeno?

Un baile celestial.

Sistema solar
Sistema solar (Getty Images)

Un fenómeno astronómico que ha desconcertado a estudiosos durante siglos vuelve a asombrar al mundo científico. Siete planetas del Sistema Solar han empezado a girar en sentido contrario, desafiando las expectativas convencionales y generando interrogantes sobre su impacto en nuestras vidas.

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De acuerdo con Semana, el fenómeno conocido como “planeta retrógrado” ha sido objeto de intensa atención en el campo de la astronomía. En esta ocasión, no es un solo cuerpo celeste el que lo experimenta, sino siete planetas que forman parte de nuestro Sistema Solar.

Aunque en el pasado se atribuyeron causas sobrenaturales a este extraño movimiento, la ciencia ha arrojado luz sobre su origen. Los planetas, en comparación con las estrellas fijas, generalmente se desplazan hacia el este en su órbita. Sin embargo, en ciertos momentos, parecen detenerse momentáneamente y emprender un movimiento hacia el oeste durante varios meses, dando la impresión de girar en dirección contraria.

Esta pausa seguida de un cambio de dirección es lo que los astrónomos denominan “movimiento retrógrado”.

Los planetas involucrados

Aunque el planeta Júpiter ha sido históricamente asociado con este fenómeno, desde el 23 de agosto pasado, siete planetas de nuestro Sistema Solar están inmersos en este curioso comportamiento. Mercurio, Venus, Neptuno, Saturno, Plutón, Urano y Júpiter se han unido a este baile celestial en el que, aparentemente, desafían las leyes de la física.

Telescópio Hubble impressiona ao mostrar auroras boreais de Júpiter
Telescópio Hubble impressiona ao mostrar auroras boreais de Júpiter Foto ilustrativa - Unsplash - Planet Volumes

Según la NASA, el movimiento retrógrado no implica que un planeta esté físicamente retrocediendo en su órbita. Más bien, es una ilusión creada por las posiciones relativas de los planetas y la Tierra, así como su movimiento alrededor del Sol.

Este fenómeno también se extiende a algunas lunas o satélites. Aunque generalmente orbitan en la misma dirección que sus planetas, hay excepciones notables. Tritón, la luna más grande de Neptuno, orbita en dirección opuesta a su planeta anfitrión.

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Este descubrimiento plantea interrogantes sobre su posible influencia en nuestras vidas. Según la astróloga Bryanna Collier, el movimiento retrógrado de los planetas ofrece una “limpieza cósmica” necesaria. Cuando un planeta entra en esta fase, su influencia disminuye, lo que podría impulsar a las personas a reflexionar y replantear su camino hacia el futuro.

Durante los ciclos retrógrados, las inconsistencias y malos hábitos a menudo salen a la luz, pero también señalan áreas de mejora”, señala la experta.

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