La desinformación es uno de los mayores retos que enfrenta la lucha contra el cambio climático en la actualidad ya que impide que todas las personas puedan conocer la realidad acerca de la problemática que vive nuestro planeta. En Colombia, por ejemplo, según cifras del DANE el 60% de los hogares colombianos tiene acceso a internet, y si bien es una herramienta que nos ayuda a conectarnos, genera un panorama difícil en la divulgación científica y la promoción de noticias falsas.
Las redes sociales son una de las principales causas de este fenómeno ya que muchos usuarios suelen difundir y consumir contenidos sin necesidad de que sean verificados. Sin ir muy lejos, según datos del portal Statista, el 71% de la población mundial ha caído en noticias falsas o las famosas ‘Fake News’.
Pero esto no quiere decir que se deba tomar distancia de las dinámicas de comunicación actuales o de la necesidad de informarse. Todo lo contrario, nuestra misión es entender cómo funcionan y adquirir las herramientas necesarias para no consumir ni difundir información falsa.
Para lograrlo, a continuación se presentan algunos tips que serán de utilidad para identificar rápidamente noticias falsas o dudosas y evitar así la desinformación.
¿Quién habla sobre crisis climática?
El primer paso para evitar la desinformación es identificar hábilmente de quién es la autoría de la información publicada. Por ejemplo: ¿Se trata de un medio reconocido o es un tweet de un usuario anónimo?
Si bien es cierto que no todos los medios difunden noticias veraces y las redes sociales permiten darle voz a personas que antes no la tenían, cuando se trata de información sobre el cambio climático contar con el respaldo del rigor periodístico y/o científico es clave, pues continuamente circulan noticias o declaraciones que buscan negar la veracidad de la crisis climática, sus causas e impactos.
Para evitar caer en estas discusiones, la recomendación es: consultar información proveniente de fuentes oficiales como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, ministerios, grupos de investigación, Universidades o cuentas verificadas de personas expertas en la materia y/o medios de comunicación reconocidos.
¿Qué fuentes se están utilizando?
Es importante tener una actitud crítica frente a las fuentes que se utilizan como referencia en este tipo de contenidos. Por ejemplo, si se cita un estudio científico o el pronunciamiento de una entidad de gran nivel como la ONU o el IPCC, hay que verificar cuánta de esta información corresponde a la del informe original y si aplica o no a nuestro contexto, pues las conclusiones, análisis y resúmenes de éstos documentos se difunden rápidamente y pueden tener leves modificaciones a su forma original.
Además, asegúrate de que los contenidos que consultas tengan incluidas fuentes suficientes y diversas que puedan contrarrestar la información e investiga quiénes son esas personas o instituciones detrás de la elaboración de dichos contenidos.
¿Es información vigente?
Uno de los recursos más utilizados para difundir información falsa es compartir noticias que no son vigentes. Este es el caso de esos contenidos que hacen pasar como “nuevo” algún desastre climático que pasó hace años o, incluso, en otra parte del mundo.
Para evitar caer en estas trampas es muy bueno verificar las fechas de publicación de los contenidos y buscar qué se está diciendo –o no– en los medios de comunicación al respecto.
Además, si eres de los más hábiles con las herramientas digitales, puedes utilizar la herramienta TinEye para verificar en qué otros sitios se ha publicado una imagen que llegó a ti o seguir medios o plataformas especializadas en ‘fact checking’.
¿Leí toda la información?
Este punto es clave. Gran parte del impacto que tienen las noticias falsas se debe a que los usuarios de las redes sociales no leen por completo el contenido que comparten. Entonces, antes de compartir una noticia o cualquier información que encuentres por internet es necesario que te preguntes si realmente consultaste todo el contenido o sólo estás compartiendo un titular.
En este sentido, Twitter ya cuenta con una estrategia para evitar el alcance de la información falsa marcando determinados tweets con la etiqueta de “información engañosa”.
¿Sí es quien yo creo que es?
Como último consejo, te recomendamos revisar si la fuente que está compartiendo la información realmente es quien dice ser. Algunas veces las personas que crean este tipo de contenidos se hacen pasar por otros medios de comunicación o instituciones que se suelen consultar. Uno de sus objetivos es que la información falsa sea distribuida por canales como WhatsApp a través de audios o cadenas en las que la persona no se identifica ni menciona a sus fuentes, sino a instituciones. Este tipo de noticias normalmente atribuyen la información a instituciones del Gobierno u otros medios medios y argumentan que se deben difundir de manera urgente.
Para esto es muy importante revisar que las URL, los usuarios y/o quienes envían la información si corresponden a la fuente que creemos que estamos consultando.
El reto de comunicar el cambio climático
Ya que el camino para evitar noticias falsas es claro, el siguiente paso es difundir información relevante, esperanzadora y útil para que todas las personas puedan conocer a detalle la problemática del cambio climático, pero sobre todo cuáles son las soluciones disponibles,y cómo, cada quién desde su rol en la sociedad puede lograr cambios significativos.
Para lograr este objetivo, te invitamos a consultar la Guía para comunicar la crisis climática, disponible en el sitio web de Camino Hacia Carbono Neutral. Allí encontrarás las principales recomendaciones para lograr que la crisis climática se convierta en un tema relevante y recurrente en las agendas mediáticas del país y del mundo.
Camino Hacia Carbono Neutral es un proyecto financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación. Desde el proyecto se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática, por medio de la creación de herramientas y alternativas que permiten incluir la descarbonización como parte esencial de la acción climática en el país, que buscan construir comunidades resilientes a la crisis.