Cuando se habla de música, tecnología y cine normalmente, llega a la cabeza el imaginario de gigantescas cámaras y efectos con producciones costosísimas. Pero, el ingenio en muchas ocasiones hace que con herramientas que están al alcance de las manos, los resultados sean más grandes de lo que se esperaba. Justamente, esta es la historia de la película ‘Forbidden to See Us Scream in Tehran’ que resultó de un experimento en el que la trama musical, los derechos de las mujeres y WhatsApp son la mezcla perfecta.
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‘Forbidden to See Us Scream in Tehran’ es un drama corto que tiene como personaje principal a ‘Shima’, la cantante principal de una banda de Death Metal en Teherán (capital de Irán). De entrada, la elección de la narrativa evoca la ilusión por los derechos reprimidos en las mujeres y sobre todo, aquellas que tienen en su corazón la pasión por la música.
Solo hace falta imaginarse tener que vivir bajo las estrictas leyes de Irán y enfrentarse a la constante angustia de ser atrapada por las autoridades por sentir amor a la música y sobre todo por un género que ante los ojos de la cultura en Irán es solo digno para los hombres cuando mucho. Recordemos que, de acuerdo con las pautas del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica de Irán únicamente las mujeres puede interpretar música en el escenario con ciertos requerimientos, como por ejemplo que las artistas solistas no pueden grabar ni actuar en público a menos que lo hagan para exclusivamente mujeres, entre otras medidas.
Esta historia basada en anécdotas reales se desarrolla bajo el panorama actual del país del Medio Oriente y tras la llegada al poder en el 2005 de Mahmoud Ahmadinejad, un presidente bastante conservador, que limitó a las mujeres y sus derechos nuevamente. Según el director de la película Farbod Ardébili, sin lugar a dudas, la trama tiene como objetivo llamar la atención mundial sobre las leyes que le prohíben a las mujeres seguir sus pasiones.
¿Por qué la película fue hecha a través de WhatsApp?
Farbod Ardébili también iraní reside en Estados Unidos desde el 2014 y cuando recibió fondos para el rodaje de la trama no era seguro su regreso a Irán. A eso se sumaban los riesgos de la llamada ‘prohibición musulmana’ de Donald Trump, lo que podría haberle impedido regresar a los EE.UU. después de la filmación. “No podía volver a Irán pero quería hacer algo verdaderamente auténtico que contara la realidad de las mujeres en Irán, tenía que dirigirla remotamente y tenía que tener un equipo dispuesto a hacerlo, a correr el riesgo”, afirmó Ardébili.
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Teniendo en cuenta todos estos factores, con su creatividad decidió utilizar a WhatsApp como una herramienta fundamental en el proceso de grabación. Al principio, se conectaba con su equipo mediante WhatsApp en videollamada; a menos que la red no funcionara. Luego empleó técnicas como instrucciones a todos individualmente haciendo el proceso aún más lento; y finalmente, entrenó al equipo para que pudiesen operar si el internet se caía.
“Necesitábamos un sistema en el que pudiéramos hablar seguros sin que nos espiara el Gobierno y pusiera en riesgo a todos. Tuvimos que grabar unas escenas en la calle donde básicamente pedimos el permiso de grabar otra película con una narrativa totalmente diferente, donde la mujer entendía que era malo el que cantara y los policías terminaban siendo los buenos, de esas tomas salieron las que nos sirvieron para la trama real. Así no pusimos en peligro a nadie”, contó Ardébili.
Finalmente, con la realización de esta película, el iraní resalta la importancia de poner sobre la mesa la situación en su país natal. Pues, muchas mujeres viven diariamente la opresión de políticas que las desprecian y hasta limitan sus más grandes anhelos como el simple hecho de cantar.
