Los desechos espaciales se vuelven cada más frecuentes y representan un peligro para muchos, no solo los que están cerca de la órbita de nuestro planeta, sino también aquellos fragmentos que impactan contra la superficie. Y a propósito de esto, la NASA decidió tomar cartas en el asunto y financiar proyectos que inviten no solo al estudio de la basura espacial, sino también a sacarle provecho.
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La iniciativa de la agencia espacial es abordar esta problemática mundial para analizar todas las implicaciones que deriva el hecho de tener estos desperdicios de cohetes, naves, sondas y todo tipo de artefactos espaciales flotando cerca de la Tierra.
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“La NASA se toma en serio la amenaza de los desechos orbitales, ya que estos objetos pueden poner en peligro las naves espaciales, poner en peligro el acceso al espacio e impedir el desarrollo de una economía de órbita terrestre baja, incluida la participación comercial. Estos nuevos premios financiarán la investigación que respalda el compromiso de la agencia para abordar el problema”, reseña un comunicado publicado en la página web de la agencia espacial.
Seguidamente, en el documento se desglosan las tres propuestas que fueron tomadas en cuenta para estudiar estos desechos espaciales y encontrar alguna solución productiva para deshacerse de ellos. Estos proyectos provienen tanto de empresas como de miembros de aclamadas universidades en Estados Unidos.
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Durante los últimos meses, este problema ha llamado la atención de muchos astrónomos y científicos de la NASA y otras agencias espaciales, ya que si bien la mayoría de los desechos espaciales suelen ingresar a la Tierra y caer en alguna masa de agua, últimamente han habido ciertos descuidos y algunas piezas han caído sobre la tierra.
Entre los casos más recientes se encuentra la pieza de una nave proveniente de un cohete de SpaceX que aterrizó en una granja en Australia. También un grupo de desechos espaciales que se aproximaba a la Tierra de manera desmedida e impredecible de parte de un cohete de China, una acción que fue sumamente criticada de manera internacional, siendo catalogada de “irresponsable”.