Los diamantes son unas de las piedras preciosas que más valor tienen en la actualidad, en parte debido a su difícil extracción y lo complicado que es cortar cada pieza. Pero tal parece que esto puede cambiar ya que un grupo de científicos descubrió cómo fabricar estos elementos de manera artificial gracias al estudio del clima de dos planetas de nuestro sistema solar: Urano y Neptuno.
Todo comenzó luego de que una investigación arrojara que la composición de los diamantes podría no ser tan complicada de recrear en la Tierra, usando un plástico muy común y ciertas condiciones de presión y temperatura para poder conseguir este mineral precioso con un material muy común.
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Los científicos habían teorizado previamente que la presión y las temperaturas extremadamente altas convierten el hidrógeno y el carbono en diamantes sólidos a miles de kilómetros por debajo de la superficie de Urano y Neptuno, dos planetas irónicamente conocidos como los “gigantes de hielo”. Pero ahora, una nueva investigación publicada en el portal Science Advances, le añadió oxígeno a la mezcla, encontrando que este elemento podría ser más común de lo que se pensaba.
Dominik Kraus, físico del laboratorio de investigación HZDR de Alemania y uno de los autores del estudio, dijo que la precipitación de diamantes era bastante diferente a la lluvia en la Tierra. Se cree que bajo la superficie de los planetas hay un “líquido caliente y denso”, donde se forman estas gemas y se hunden lentamente hasta los núcleos rocosos a más de 10 000 kilómetros, dijo el experto.
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Con el objetivo de replicar el proceso, el equipo de investigación encontró la mezcla necesaria de carbono, hidrógeno y oxígeno en una fuente fácilmente disponible: el plástico PET, que se utiliza para el envasado diario de alimentos y botellas. Luego, el equipo aplicó un láser óptico de alta potencia en el material en el Laboratorio Nacional de Aceleradores SLAC en California.
“Destellos de rayos X muy, muy cortos de increíble brillo” les permitieron observar el proceso de los nanodiamantes, pequeños diamantes demasiado pequeños para verlos a simple vista, a medida que se formaban, dijo Kraus.
Este experimento basado en el clima de Neptuno y Urano podría apuntar hacia una nueva forma de producir diamantes, que tienen una amplia y creciente gama de aplicaciones más allá de los lujos, incluida la administración de medicamentos, cirugía no invasiva y electrónica cuántica.