Desde hace muchas décadas, la NASA ha llevado a cabo diversas misiones espaciales, algunas con contexto y sentido, así como otras muy curiosas y hasta peligrosas. Un ejemplo reciente de esto es el viaje de una nave de SpaceX cuyo objetivo no es realizar un trabajo de investigación, sino estrellarse contra un gran asteroide.
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El proyecto conocido como Misión de Redirección de Asteroides Dobles (DART por sus siglas en inglés) fue uno de los últimos que despegaron en 2021. Pero ahora que casi llega a alcanzar su meta, ha vuelto a tomar relevancia.
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El objetivo de DART es un asteroide binario cercano a la Tierra, que recibe el nombre de Didymos, y su luna, nombrada Dimorphos. Y si bien puede parecer curioso que la NASA envíe un cohete a estrellarse contra otro cuerpo celeste, realmente hay una meta detrás de eso, y es que esta misión es la primera en ser clasificada como parte de un programa de defensa planetaria que prueba métodos de desviación de asteroides, según The Planetary Society.
Funcionarios de la agencia espacial estadounidense calcularon que para el 26 de septiembre la nave de SpaceX se estrellará contra Dimorphos para alterar el curso de su órbita alrededor de Didymos, de modo que se pueda comprobar que en efecto estos grandes cuerpos celestes pueden ser desviados con éxito.
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Si bien este par no representa ninguna amenaza para la Tierra, los científicos de la NASA planean comprobar a través de esta misión qué tan posible es desviar asteroides que sean peligrosos para nuestro planeta, de modo que se tenga algún tipo de procedimiento preparado para enfrentar estas situaciones.
Estos son candidatos perfectos para la misión DART, ya que Dimorphos tiene aproximadamente el mismo tamaño que un asteroide que podría representar la amenaza más probable para la Tierra, según la NASA. Además, su órbita alrededor del Sol también está lo suficientemente cerca de la Tierra como para que los telescopios terrestres observen y midan cualquier diferencia después de la colisión.