La práctica de dar huesos a los perros, especialmente los procedentes de las sobras de comidas, es una costumbre extendida que, según explica la veterinaria y divulgadora María (@mariavetican) en un reciente vídeo de TikTok, puede tener consecuencias peligrosas para la salud de las mascotas.
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La experta advierte que “jamás” le daría huesos cocinados a su perro, o sea, “los de las sobras que es lo que todo el mundo quiere dar”. Según detalla, los huesos cocinados presentan un alto riesgo, ya que pueden astillarse y causar graves problemas, como perforaciones en el aparato digestivo, atascos en la boca o garganta, u obstrucciones intestinales que pueden requerir intervención veterinaria.
En su opinión, la única situación en la que los huesos podrían ser adecuados es si se trata de “huesos recreativos”, es decir, huesos crudos, previamente congelados y de gran tamaño que los perros no puedan ingerir, sino únicamente roer durante un tiempo limitado, como máximo media hora a la semana. Estos huesos, explica, pueden promover la masticación y ayudar en la limpieza dental de las mascotas.
María también señala que los perros que siguen una dieta BARF (dieta cruda) podrían beneficiarse de huesos carnosos, siempre crudos y congelados previamente, como fuente natural de calcio. Sin embargo, enfatiza que esta práctica debe estar bien controlada y formar parte de un plan nutricional específico.
En cualquier caso, considera innecesario dar huesos, siempre que los perros lleven una alimentación completa, ya que no aportan ningún beneficio adicional. Además, menciona que existen muchas alternativas seguras y nutritivas, como carnes, pescados, frutas, verduras, vísceras, snacks deshidratados, kéfir, yogur o latas específicas para perros.
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La veterinaria concluye planteando una reflexión: “Todo nace de lo típico de: ‘a los perros se les ha dado huesos toda la vida y no les ha pasado nada’. Vale, habrá casos en los que no, pero yo como veterinaria te digo que sí que pasan cosas”. Ante la variedad de opciones seguras disponibles, María cuestiona: “¿Para qué arriesgarse?”.