Al volver a casa, muchos dueños de perros disfrutan de una calurosa bienvenida por parte de sus fieles compañeros peludos. Sin embargo, ¿es seguro permitir que nuestros perros nos laman la cara? Una reciente investigación científica sugiere que podría no ser la mejor idea.
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Según un estudio liderado por la Universidad de Nottingham Trent, el lamido de perros en la cara puede tener implicaciones en la salud humana, especialmente para aquellos con sistemas inmunológicos debilitados o heridas abiertas.
Los expertos explicaron que aunque el lamido es un comportamiento instintivo para los perros, puede tener diferentes significados dependiendo del contexto. Por ejemplo, el lamido repetido de la boca podría indicar estrés o miedo en el animal.
Además, los perros también pueden lamer los labios en respuesta a los estados emocionales de los humanos, mostrando así su empatía. Sin embargo, la saliva de los perros puede contener microorganismos que podrían ser perjudiciales para la salud humana.
Los microorganismos presentes en la boca de los perros pueden transmitirse a los humanos a través de lamidos, mordeduras o rasguños, lo que podría dar lugar a enfermedades infecciosas. Aunque la mayoría de estos casos no representan un alto riesgo, es recomendable evitar el contacto con la saliva del perro en ciertos grupos vulnerables.
Según los especialistas las personas inmunodeprimidas, niños pequeños, adultos mayores y mujeres embarazadas deberían ser especialmente cautelosos en cuanto al contacto directo con la saliva de los perros.
Los expertos también advierten sobre la coprofagia, un hábito en el que los perros consumen sus propias heces, ya que esto puede aumentar el riesgo de transmisión de microorganismos dañinos a los humanos.
Aunque es común que los perros muestren su afecto lamiendo a sus dueños, es importante considerar los posibles riesgos para la salud humana. Evitar el lamido en la cara puede ser una medida preventiva importante para mantener la salud y el bienestar de ambos, humanos y mascotas.