En muchas regiones donde las altas temperaturas son habituales, las personas suelen buscar alivio del calor sumergiéndose en la piscina. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que los perros también pueden sufrir las consecuencias de este clima extremo.
La solución que los dueños de perros suelen encontrar, e incluso los propios perros, es refrescarse en la piscina. Pero, ¿existen riesgos para los perros al nadar? ¿Los productos químicos utilizados en el agua pueden afectar su salud?
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Uno de los posibles problemas al meter a un perro en la piscina es la intoxicación por los productos químicos utilizados para mantenerla en condiciones óptimas. Los fabricantes suelen recomendar evitar el contacto directo con estos productos recién añadidos al agua, ya que pueden causar lesiones en la piel, vías respiratorias y visión del perro, poniendo en peligro su vida.
Otro riesgo es la exposición al sol, que puede causar quemaduras en perros de pelaje claro o albinos, así como enfermedades pre-cancerosas o cáncer de piel. Por ello, es recomendable aplicarles protector solar para perros y evitar que estén expuestos al sol durante períodos prolongados, lo que podría llevar a un golpe de calor o insolación.
Al introducir a un perro en la piscina, es importante hacerlo siempre en compañía del dueño o de un adulto que pueda supervisarlo y socorrerlo si es necesario. La vigilancia constante es fundamental para evitar que el perro se fatigue o ingiera agua contaminada con químicos, lo que podría causarle un accidente.
Disfrutar de la piscina con su perro puede ser una experiencia placentera, siempre y cuando se haga con respeto, paciencia y seguridad. Es importante recordar que al igual que las personas, los perros tienen sus propias personalidades y necesidades.