Los gatos conviven todo el día en su hogar, por lo cual, son más propensos a recibir ciertos estímulos que pueden generar en ellos estrés. Los cambios de rutina, nuevos olores, nuevos integrantes de la familia, sonidos muy fuertes, tormentas o remodelaciones son algunos de los factores que afectan a los gatos.
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Si se conoce de cerca el comportamiento del gato es más fácil identificar cambios en éste. A través de conductas como no utilizar o utilizar erróneamente el arenero, aruñar, maullar más seguido, estar más alerta o irritado, se puede identificar con mayor facilidad que el gato se encuentra incómodo o estresado. A nivel de salud, tienden a sufrir problemas gastrointestinales, calvicie, problemas en la piel, vejiga o falta de apetito.
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Si esto le sucede a su gato, se debe acudir al veterinario para tratar los problemas de salud, además se recomienda reestablecer rutinas, juguetes y motivadores que le ayudarán a generar calma; así como propiciar espacios al aire libre en donde el gato pueda sentir de cerca el aire y retomar por unos instantes su instinto cazador.
Es importante observar detalladamente cuáles factores están generando estrés en el michi para poder reducirlos o cambiarlos lo antes posible; en ocasiones, con el paso del tiempo desarrollan sensibilidad o irritación a la arena que comúnmente utiliza, pierden el gusto por el alimento cotidiano o incluso se desinteresan por los juguetes diarios. Al identificar cualquiera de estas situaciones, lo recomendable es realizar el cambio propicio que le permita reactivarse de manera cómoda y calmada.
Con el fin de evitar conductas agresivas que afecten a los menores del hogar, se recomienda el uso de esencias naturales en el ambiente o medicación, ambas recetadas por el veterinario, teniendo en cuenta las características del animal y su estado actual.
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Sin duda alguna, el afecto y compañía serán de gran apoyo para que el gato se sienta tranquilo y disminuya sus niveles de estrés.