Opinión

Opinión: El llamado es a la acción

Juan Carlos Prieto García explica lo que deben tener las empresas e instituciones para garantizar la inclusión laboral respetuosa a la diversidad sexual.

Hablemos de inclusión laboral. ILUNION (ILUNION/Europa Press)

Luego de mi regreso a la escritura, varias personas que leyeron por fortuna mi columna, intrigadas por el tema, hicieron un par de comentarios que pueden ser interesantes para profundizar en el tema laboral de las personas LGBTI en Colombia.

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Lo primero es que, aunque me encuentre en un periodo de vacancia laboral, la reflexión parte por entender desde mi vivencia, que insisto puede ser privilegiada, sobre cómo se puede o podría enfrentar este tema con la mayor tranquilidad posible, sin desconocer que en un contexto como el nuestro las posibilidades pueden ser algo escasas y difíciles de alcanzar en un mercado competitivo y, a todas luces, limitado.

¡Pero no! No escribo desde el dolor o la rabia, sino desde poder mostrar otros elementos que confluyen para que la “tusa” del desempleo pueda entenderse desde múltiples miradas: una, la propia, el que vive la situación; otra, la de una ciudadanía interesada por estos asuntos y, quizá, la más esperada, incidir en tomadores de decisión a favor de personas sexualmente diversas que, a diario, se exponen al rechazo y la exclusión por simplemente ser, en una simple entrevista de trabajo.

Y quizá es sobre este punto en donde quiero concentrarme en mi columna de esta semana. Las empresas, las organizaciones y las entidades públicas, siempre en busca de mejores estándares de productividad, han venido fortaleciendo sus programas de bienestar, de inducción y reinducción para generar ambientes laborales más respetuosos a la diversidad.

Es indudable que ejemplos como la Alcaldía Mayor de Bogotá, Google, Sodexo, Scotiabank Colpatria, Cenit, entre muchas otras, han dado ese “paso” tan importante de reconocer a la diversidad y su importancia en el desarrollo organizacional. En ese sentido, han demostrado que la productividad, el arraigo, el sentido de pertenencia de sus colaboradores y colaboradoras diversas, se han incrementado en beneficio de su quehacer, sin que ello represente imposición de ideologías, cooptación y evangelización de teorías que rondan de manera maquiavélica como una suerte de conspiración para “homosexualizar” ese mundo ideal y normatizado que nos han querido imponer.

Sin duda, el principal elemento a considerar, es el respeto por la otredad que no desconoce la existencia de la heterosexualidad, pero tampoco al apabullamiento de la diversidad sexual desde todos sus ámbitos y los posibles cruces con otras maneras de ser y estar.

Por ello, la invitación a estas empresas, y a otras que quieren apostarle a una verdadera inclusión laboral, es a tener en cuenta algunos elementos que pueden ser ajustes razonables en el momento de abrir sus mentes y puertas a la diversidad. Lo primero, adoptar desde la alta dirección una estrategia que propenda por un ambiente laboral incluyente y respetuoso a la diversidad sexual, que rechace y sancione cualquier acto de discriminación al interior de la organización. De esta manera, es posible garantizar la aplicación de instrumentos que permitan medir el grado de discriminación existente, así como la adecuación de manuales, procesos y procedimientos del talento humano donde se incluyan a las personas diversas sexualmente. Así mismo, las campañas y actividades de bienestar como el día de la familia, pueden contener a familias homoparentales (compuestas por personas del mismo sexo-género) o personas abiertamente LGBTIQ que promuevan la diversidad desde ejemplos muy sencillos y concretos para el resto de las personas, sin estigmatizarles o utilizando comentarios cliché que refuercen la discriminación. En la selección de personal y, sobre todo, para las personas transgénero, garantizar su identidad de género con el uso de su nombre identitario (con el que se sienten a gusto), la no solicitud de la libreta militar, el uso de baños de acuerdo con su identificación y, de manera esencial, el llamado a sus compañeras y compañeros al respeto por ella, elle o el.

Como ven, son ejemplos que no requieren mayor inversión financiera y pueden transformar la vida de las personas. En Colombia más de 165 empresas se han certificado con el sello “Friendly Biz” de la Cámara de la Diversidad, CCD, cuyo fin es refrendar a organizaciones que cumplen con estándares internacionales en diversidad, equidad e inclusión y, como consecuencia de lo anterior, han desarrollado ambientes laborales seguros y libres de discriminación para todas y todos, según comenta Eduardo Ramos, director de operaciones de la CCD.

En tiempos de tensión, es clave contar con empresas aliadas que promuevan la diversidad y que reconozcan dentro de sus valores corporativos, la equidad y la igualdad en la diferencia. Así las cosas, nos resta seguir en la búsqueda del empleo ideal, no sin antes reconocer que en nuestro país existen avances que pueden transformar la realidad de nosotras y nosotros, y mientras ese empleo añorado llega, es fundamental tomar un respiro, dedicar tiempo a usted haciendo actividad física, rescatar la vida en familia, caminar, leer, aprender otras habilidades y oficios, fortalecer su autoconfianza, porque aunque las cosas parezcan hostiles, muy pronto volverá al mercado laboral en un lugar que le reconozca y valore desde su construcción identitaria y su profesionalismo.

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