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Opinión: hace un año fue... hoy, ‘nanai cuca’

En Junior de Barranquilla la décima estrella la festejamos hasta más no poder. Un diciembre inolvidable. Pero el presente rojiblanco no es más que tristeza

Un día inolvidable, 13 de diciembre de 2023. Último penalty de la serie en los pies de Leider Berrío... Y GOLLLL!! Locura total en Medellín, en el Atanasio, y a miles de kilómetros de distancia, en Barranquilla. El famoso carnaval decembrino se tomó las calles de “la arenosa”. Rios de alegría y felicidad. La rumba siguió hasta el compartir de los jugadores con los hinchas en la Ventana de Campeones, la famosa Aleta del Tiburón, del tío Christian Daes, que esa noche, prometió elevar el valor del patrocinio a su equipo amado. Esa noche, Fuad y Alex Char, prometieron un Junior campeón de la copa Conmebol Libertadores para el 2024. Esa noche, Santiago Mele, arrodillado ante todos, le pidió matrimonio a su novia. Esa noche.. Esa noche... Ahí quedó todo.

Arrancó el 2024 con tantas ilusiones. La llegada de refuerzos, viejos conocidos con una huella imborrable en la historia reciente de Junior. Rafa Pérez, Yimmi Chará, Víctor Cantillo, colmaron las expectativas de entrada, en el mercado de pases. En la cancha, no. Sumados a otras caras nuevas, y la continuidad en un gran porcentaje de la nómina campeona.

Pero, a pesar de todo, ese Junior de Arturo Reyes, logró lo impensado. Clasificó de primero en la fase de grupos a los octavos de final de la Libertadores, y estuvo a punto, en el primer semestre, de volver a clasificar a la final de la liga. Suficiente para firmar la continuidad THE ARTHUR KING. Vacaciones, y al volver, la crónica de una muerte anunciada... Ante el Colocolo, explotó todo. Una mala planeación en el reacondicionamiento físico del equipo, y también en la llegada de nuevos jugadores de medio cartel. Y de otros, que fueron solicitados, pero que nunca llegaron. En fin. Eliminado de la copa, y en casa, ya Reyes era un problema social. Adiós al profe!!!

Y llegó César Farías con todas las expectativas del mundo. Colocó en cintura al equipo y lo recuperó en lo físico. Tuvo tantas pinceladas de buen fútbol en el arranque de su era, que todos nos ilusionamos. Después, todo cambió drásticamente. Implementó una administración de nómina (lo que le llaman rotación) exagerada por demás, que le alcanzó para clasificar a los cuadrangulares semifinales de la liga en este segundo semestre. Pero fue tan exagerada, que su equipo nunca tuvo una clara iniciativa de juego. Su propuesta, en ocasiones, fue inoperante e inexistente, a la espera de respuestas positivas de sus unidades. Lo pagó caro con la derrota en Barranquilla ante Once Caldas, y si bien hasta en la última fecha tuvo chance de pasar a la final en Cali, fue más de lo mismo. Perdió ante América y chao a la ilusión.

En ese orden de ideas, nos preguntamos todos en el mundo rojiblanco, ¿Y qué vendrá ahora? Se habla de tantos nombres, de continuidad de algunos, la partida injusta o no de otros.. Bla, bla, bla. Nada oficial. Lo único oficial, que con este Junior de tantos altibajos, fue que perdimos el año. El famoso año del centenario, que así como comenzó, así terminó.

De la décima estrella, hoy ya no queda nada.

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