¡Ay mamita mía! Primer momento complicado en público de César Farías. Pero de frente y sin pelos en la lengua. Y aunque pueda generar algo de urticaria entre los directamente implicados y sus secuaces, la tiró plena, como decimos en la costa, y le cantó la verdad a tanto jugador mediocre en Junior, que diera la impresión sólo están por cobrar sus altos sueldos, que entraron en zona de confort y se les olvidó jugar el fútbol.
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“Hay que dejar el cuero... gente que se mate adentro”, fueron apartes de las declaraciones en tono vehemente de Farías, cuando se le consultó específicamente por la salida de dos jugadores en una de las ventanas de cambios, Bryan Castrillón y José Enamorado.
Y es quizás dos de una pequeña lista de jugadores que dieran la impresión cayeron en un slong futbolístico. Ese fútbol de picardía, de buen trato con el balón, y de romance con el gol, a ellos se les olvidó. Ni qué decir de Marco Pérez, que acabó con cualquier ilusión que existía por él. De ese gran goleador del pasado hoy ya no queda nada. Es muy triste. Sumado al mal momento de Yairo Moreno, que viene de recuperarse de una lesión, está también el bajo nivel de jugadores como Luis “Cariaco” González, Roberto Hinojosa y Victor Cantillo, que a pesar de que quieren, no pueden. Y ni qué decir de los que se perdieron del panorama, sea por lesión o disposición técnica: Andrés Colorado, Yani Quintero, Jhon Lerma, Carlos Cantillo, en fin. Aunque hay nómina, no hay verdaderos relevos. Todo se reduce a unos cuantos, contados con las manos, que marcan la diferencia: Mele, Moreno, Zalazar, Olivera, Navia, Didier, Vélez, Chará y Bacca.
Pese a que el empate ante Millonarios dejó a Junior aún dentro de la lista de invitados a la fiesta de fin de año, a falta de dos jornadas, frente a rivales de necesidades distintas, Once Caldas y Deportivo Cali, de visitante y local respectivamente, se prenden mediamente las alarmas al revelarse ese secreto a voces. Sí, todos en el mundo Junior nos dejamos encantar por lo que César Farías venía mostrando, un gran cambio en el orden táctico y efectividad en el juego. Pero el fantasma de la inoperancia y falta de compromiso de algunos jugadores jugaba esa mala pasada, en silencio. Hoy, sencillamente, explotaron.
Es que peras no se le puede pedir a un palo de olmos. Cambiar la actitud de esos irresponsables, es como buscar que llueva para arriba. Con lo poco que hay, tendrá Junior que buscar alcanzar la meta trazada, el título. No hay de otra.