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Opinión: Lady Noriega, más allá de lo escandalizante

Mar Candela reflexiona sobre la polémica desatada por las declaraciones de Lady Noriega sobre consentimiento y las experiencias sexuales de menores de edad

No se trata de que las intenciones de Lady Noriega sean maliciosas, es que la sociedad ha normalizado estos temas, y al margen del hecho, el mensaje debe ser analizado no solamente desde la psicología, la sociología y la política, sino con una conciencia interdisciplinaria. La actriz tiene toda la razón: ella no nos debe ninguna explicación y puede decir lo que quiera decir. El asunto es que las palabras muchas veces llevan contextos que deben ser tomados con seriedad.

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Lo más difícil es que todo esto sucedió en el marco del asesinato de Sofía Delgado, algo que nos recuerda la muerte de miles de “menores que no querían pero les tocó " lo cual es lo más impactante. Se mezclaron muchos temas que llevaron a promover el abolicionismo del trabajo sexual en el caso de algunas voces que se levantaron.

Margarita Rosa de Francisco versus Lady Noriega

Una de las voces que dio argumentos interesantes sobre por qué fue problemático todo lo que se dijo en la entrevista que concedió Lady Noriega fue Margarita Rosa de Francisco, con quien estoy de acuerdo en varios de argumentos, excepto en promover el abolicionismo del trabajo sexual cuando necesitamos un reglamentarismo consciente.

En El Espectador hice un ensayo de siete páginas donde manifiesto todos los detalles, por si quieren conocer mis argumentos y mi punto de vista sobre los hechos. La entrevista de Lady Noriega toca un tema muy sensible relacionado con el consentimiento y las experiencias sexuales de menores de edad. En un contexto como el de Colombia, donde el abuso de niños, niñas y mujeres es un problema grave, es crucial abordar estos temas con la seriedad y el respeto que merecen.

Como personas de interés público, tenemos la responsabilidad de ser conscientes del impacto de nuestras palabras. La forma en que se narran ciertas experiencias puede trivializar situaciones serias o enviar mensajes equivocados, especialmente en un contexto donde se lucha por la protección y los derechos de las niñas y mujeres. Además, toda comunicación que hagamos en medios debe ser consciente y tener en cuenta el contexto cultural y social del país y lo problemático que ha sido mantener algunas tradiciones culturales en el marco de los derechos fundamentales.

Promover la Edu-comunicación implica ser conscientes de cómo nuestras palabras y mensajes pueden educar o desinformar. Es importante usar nuestra plataforma para fomentar una comprensión más profunda y respetuosa de temas tan delicados.

Finalmente, es crucial que las palabras no solo informen, que los chistes no solamente diviertan, sino que también tengamos la capacidad de sensibilizar y promover las reflexiones de fondo desde nuestra marca personal, desde nuestra realidad, y llevar a cabo una vida que rompa con los esquemas normalizados de violencias hacia las mujeres y las niñas.

Debo opinar al respecto no solo como periodista para el desarrollo humano, Educomunicadora e ideóloga del Feminismo Artesanal. No lo hago solamente como escribidora y expositora de opinión, lo hago como madre y como mujer. Mi interés más profundo en todos los espacios que habito será la comunicación para la vida.

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