Columnistas

Posible endeudamiento para los beneficiarios de Jóvenes a la E

La concejala Heidy Sánchez Barreto denuncia irregularidades en el programa Jóvenes a la E, antes llamado Jóvenes a la U

Varios beneficiarios de Jóvenes a la E (antes Jóvenes a la U) se han acercado para manifestarnos su preocupación pues la agencia ATENEA no ha generado canales de comunicación y oportunidades de pasantía social eficientes y efectivos, requisito que es obligatorio cumplir por parte de un beneficiario, según el Programa, como contraprestación a la ciudad por el beneficio recibido. Si bien esto se ha venido refinando en los cambios inducidos al manual operativo del Programa, queremos alertar sobre un posible fracaso o crisis del mismo en lo relacionado con la pasantía social.

Acorde al manual operativo en su tercera versión, en el numeral 5.5.5: Horas de dedicación para la pasantía social, se afirma que “Las y los beneficiarios de “Jóvenes a la E” deberán acreditar treinta y dos (32) horas de Pasantía Social por cada periodo académico financiado por el Programa (…) De esta manera, cada beneficiario deberá contar con el equivalente de horas multiplicadas por el número de periodos académicos financiados”. Es decir, si un beneficiario entró en la primera cohorte (2021-II) y está estudiando una carrera profesional de 9 semestres, se tendrá que graduar al finalizar el 2025 (II) para lo cual debe haber cumplido 288 horas por la pasantía. En consecuencia, en este caso, al día de hoy, el estudiante debe estar con el 67% (192 horas) de las horas realizadas para estar a tiempo con el cumplimiento del requisito, quedando pendiente 96 horas (33%).

Según ATENEA, la primera cohorte de Jóvenes a la U (hoy Jóvenes a la E) está compuesta por un total de 3.491 beneficiarios, solo el 43.88% (1.532 beneficiarios) han completado 192 horas o más de pasantía social, y el 56.12% (1.959) tienen menos de 192 horas. Es decir, la mayoría de beneficiarios que están a punto de graduarse, están colgados con las horas que tienen que cumplir obligatoriamente. Esto puede llevar a un fracaso del Programa en cuanto a que los beneficiarios se tendrán que graduar sin completar las horas, o a una crisis en cuanto se busque sancionar de alguna forma a los beneficiarios que no lleguen a cumplir con el requisito, pero hayan conseguido su grado académico.

ATENEA es consciente de que, en ningún caso, puede impedir una graduación por el incumplimiento del requisito de la pasantía social, pues el grado es una decisión que corresponde exclusivamente a las Instituciones de Educación Superior en el marco de su autonomía. No obstante, nos queda la preocupación de que se busque sancionar provocando una deuda pecuniaria por motivo de las horas de pasantía pendientes, volviendo de alguna forma al modelo de crédito-beca del que Jóvenes a la U y E son herederos. Estaremos pendientes para hacer seguimiento y control político a esta situación y, en cualquier caso, defenderemos a los beneficiarios para que puedan graduarse sin contraer ninguna sanción, menos de tipo económico.

Por último, cabe recordar que, como lo hemos demostrado en múltiples debates de control político, Jóvenes a la E (antes Jóvenes a la U) es un programa pensado desde los gobiernos neoliberales de Claudia López y Carlos Fernando Galán para pagar ineficientemente a Instituciones de Educación Superior Privadas cupos en educación posmedia, cada vez menos profesional y superior y cada vez más en cursitos de no menos de 160 horas, buena parte de ellas de baja y muy baja calidad. Esto garantiza que billonarios recursos del Estado se desvíen para fortalecer el negocio de la educación privada, dinero que tendría un mayor impacto: por lo menos el doble de cupos, en educación profesional y de alta calidad, si se destinara a fortalecer las Universidades Públicas. Por ello, insistimos en que el camino más costo-eficiente para garantizar el derecho a la educación es el fortalecimiento de lo público.

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