Las cadenas de valor están bajo mayor revisión que nunca, convirtiéndose en el centro de la atención mundial. Cuando se comenzaron a identificar las consecuencias económicas de la pandemia del COVID-19, el mundo escuchó hablar de la crisis de los contenedores, la escasez de materias primas y la dificultad para llevar productos finales a los consumidores. Este escenario es un claro ejemplo de cómo las operaciones externas a las empresas, que forman parte de su cadena de valor, pueden impactar de manera inimaginable su sostenibilidad.
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Uno de los conceptos más relevantes en el mundo de la sostenibilidad, en relación con las cadenas de valor, es el alcance 3, que mide las emisiones indirectas generadas a lo largo de toda la cadena. Esto incluye las emisiones provenientes de los proveedores, el transporte y la distribución de productos. Según la hoja de ruta empresarial hacia el Net Zero de CECODES basado en el SOS 1.5 de su casa matriz el WBCSD, para alcanzar las metas climáticas ambiciosas que nos trazamos, las empresas necesitan un control y conocimiento profundo de cada nivel de su cadena de suministro. No es solo una cuestión de responsabilidad ambiental, sino también de supervivencia empresarial, ya que el incumplimiento de estos objetivos puede llevar a sanciones regulatorias, daños reputacionales y una pérdida acelerada de recursos esenciales para su operación. Como siempre lo diré, es la única manera de hacer negocios para estar a la vanguardia empresarial.
Además, los nuevos requisitos de divulgación, tanto a nivel nacional como internacional, pondrán un énfasis sin precedentes en la transparencia de las cadenas de suministro. La capacidad de que todos los públicos de interés conozcan con certeza de dónde provienen los productos y servicios que consumen se convertirá en un requisito fundamental. Estos cambios representan una oportunidad crucial para que las empresas demuestren su compromiso con prácticas responsables y sostenibles, pero también plantean desafíos operacionales y de reputación que no deben subestimarse.
Es por ello que hago un llamado al sector empresarial para que comience a revisar sus cadenas de valor desde todos los enfoques. Hemos mencionado el alcance 3 en relación con el cambio climático y la acción por la naturaleza. Sin embargo, también debemos preguntarnos si en nuestra cadena de valor existen riesgos de vulneración de derechos humanos o si no se están aplicando buenas prácticas en inclusión, igualdad y diversidad.
Desde hace años, en CECODES hemos identificado la importancia de la cadena de valor de las empresas, por lo que iniciamos la tarea de crear y ejecutar el Programa de Supply Chain. A través de este programa, abordamos temas clave como la medición de la huella de carbono y el cambio climático, la elaboración de informes de sostenibilidad y la gestión de los derechos humanos. Junto con las grandes empresas que forman parte de CECODES, hemos trabajado para transmitir conocimientos a todas las cadenas de valor de sus operaciones. Esto les ha permitido medir su huella de carbono por primera vez, redactar su primer informe de sostenibilidad o realizar un diagnóstico inicial en derechos humanos y empresas. Todo lo anterior está basado en herramientas y documentos creados por empresas, para empresas, brindando información de valor y vanguardia para que juntos seamos parte de las transformaciones que necesitamos y que están claramente expuestas en la hoja de ruta la Visión 2050 Colombia de CECODES, con el objetivo de que para el año 2050, más de 62 millones de colombianos vivan bien, sin sobrepasar los límites de nuestro capital natural. Únete a la gestión de las cadenas de valor con enfoque en sostenibilidad empresarial.