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Colo Colo 1-0 Junior: sí es remontable, ¿pero cómo?

El resultado final en Santiago de Chile, reflejó lo que el técnico rojiblanco Arturo Reyes había vaticinado. Sin embargo, sus cambios, no tuvieron para nada en cuenta lo expuesto en el camerino. ¿Por qué? Por: Emel Alvear Cueto

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Andrés Colorado, del Junior de Colombia, comete una falta sobre Esteban Pavez, de Colo Colo de Chile, en un partido de la Copa Libertadores en Santiago, el martes 13 de agosto de 2024 (AP Foto/Esteban Félix) AP (Esteban Felix/AP)

Fácilmente puedo concluir que este fue un partido diferente hasta antes de los 76 minutos, cuando Colo Colo marcó el único gol del juego, y los 18 finales con el tiempo de adición incluido. ¿Y por qué lo digo? Sencillo, Junior no fue un equipo que, con la táctica del murciélago, buscaba marcar diferencia. Tampoco su rival lo sometió como muchos creían. No. “El tiburón” supo desde un principio contrarrestar el fútbol planteado por “el cacique”, con peligro por las bandas, y bien manejado por jugadores como Cantillo, Moreno, Colorado, en la primera línea de volantes, y en asocio con ellos, Enamorado y Chará, cuando no estaban en función de ataque.

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Desafortunadamente, en el fútbol como en la vida, todo es cuestión de un sano equilibrio. Y si bien Junior sabía cómo aguantar a Colo Colo, poco fue efectivo en el frente de ataque. Dos claras en los pies de Enamorado y Bacca, le hubieran dado otro tinte al compromiso, y la oportunidad quizás, desde temprano, de cerrar el juego, fiel al estilo de Arturo Reyes cuando toma la ventaja de dos goles en condición de visitante. Pero no fue así.

Para quien escribe esta columna, no debe ser una camisa de fuerza para ningún entrenador en el mundo tener que hacer los cincos cambios durante el partido. Recuerdo mucho ese Junior glorioso de la mano de Julio Comesaña, que alcanzó un bicampeonato en liga, y una final en copa Conmebol Sudamericana, que poco movía el banco. Poco cumplía el límite, y con coraje y esfuerzo, en su gran mayoría jugaban los 90 minutos. Pero en este caso, en el equipo de Reyes, uno de sus mejores discípulos, ¿por qué hacer variantes cuando todo marcha bien?

Y lo peor, cambios inoperantes. No puedo asegurar que si hubiera mantenido a Colorado, Cantillo, Enamorado, Chará y Bacca, el empate o la victoria estarían asegurados. No tengo la bola mágica para descifrarlo. Pero claro que sí quedó que poco o nada hicieron Berrío, Yairo, Castrillón, Quintero y “Tití” Rodríguez para empatar las acciones. Por eso digo y lo reitero: este fue un partido diferente antes del gol de Colo Colo, y otro al cierre.

Sin duda Junior se quitó la presión de estar invicto en la Conmebol Libertadores. No perdió un sólo juego en la fase de grupos. Pero le viene una más pesada, tener que ganar si o si en condición de local, cosa que no ha podido hacer en esta versión de la copa (los tres partidos en la fase de grupos los empató en el Metropolitano). Y es que no tiene de otra en el juego de vuelta en Barranquilla, el próximo martes 20 de agosto: ganar mínimo por un gol, para igualar la serie y forzar la definición desde el punto blanco de penal, o por más anotaciones en esos últimos 90 minutos desicivos.

El resultado sí que es remontable. Nadie lo pone en tela de juicio. En el equilibrio estará la clave para cantar victoria. Eso Reyes, y toda su banda, deben tenerlo claro.

POSDATA: A la prensa y afición chilena recordarles, como bien decía “el campeón” Edgar Perea, que a JUNIOR TIENES QUE MATARLO.

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