Como la gran mayoría hemos notado en los últimos años, el sistema financiero colombiano ha dado la bienvenida a innovadores actores que rompen con el molde de la banca tradicional que hoy llamamos “Fintech”, término que hace referencia todas aquellas actividades que impliquen el empleo de la innovación y los desarrollos tecnológicos para el diseño, oferta y prestación de productos y servicios financieros.
Muchos ven en estos nuevos jugadores una ventana hacia la inclusión financiera, especialmente aquellos a quienes el sistema tradicionalmente ha mantenido al margen por no cumplir con los estrictos criterios para acceder a productos crediticios.
Según un estudio reciente de la Banca de Oportunidades, uno de cada cinco colombianos recurre al financiamiento informal, más conocido como “gota a gota”, un sistema de préstamos ilegales; en su mayoría controlado por grupos criminales con métodos de cobro son excesivos, intereses exagerados y formas de recaudo violentas. En este escenario es que se necesita impulsar la inclusión financiera legal a través de las tecnofinanzas, con formas novedosas que complementen el sistema financiero actual para diversas poblaciones.
Los nuevos actores del mercado, aunque formalmente constituidos y fuera del alcance de la Superintendencia Financiera, generan ciertas inquietudes para algunos sectores respecto a la seguridad y las garantías de los servicios financieros que ofrecen. Pero, ¿cuál es el verdadero panorama del mercado colombiano frente a esta ola de innovación financiera y cuál ha sido la respuesta de las autoridades?
Contrario a lo que podría pensarse desde los sectores más tradicionales, estas empresas han sido un motor para la inclusión financiera, especialmente para aquellos en la base de la pirámide social. Y esto ha sido posible gracias al uso de finanzas abiertas u “open banking”, aprovechando la tecnología para acceder a la información financiera de los usuarios con su consentimiento y ofreciendo productos y experiencias financieras anteriormente inalcanzables.
El gobierno, reconociendo la importancia de regular las finanzas abiertas, promulgó el Decreto 1297 de 2022. Más recientemente, la Superintendencia Financiera publicó la Circular Externa 004 de 2024, estableciendo mayores garantías para los usuarios al exigir a las entidades supervisadas cumplir con protocolos de intercambio de información cuando contratan con empresas que utilizan el open banking. Esto asegura un control más riguroso sobre el funcionamiento y manejo de datos de estas compañías.
La integración de empresas que emplean el open banking es un proceso que, si bien toma tiempo y atraviesa diversas fases, indudablemente beneficia al sistema financiero colombiano. Como afirmó el Superintendente Financiero, César Ferrari, “estamos sentando las bases para un mercado financiero competitivo y abierto para los colombianos”.
Por tanto, oponerse a la corriente de la innovación es ignorar el progreso. Este avance, liderado tanto por las entidades financieras tradicionales como por las fintech, está fortaleciendo el mercado financiero colombiano, extendiendo su alcance y beneficios para todos.