Opinión

Sabores con Justicia: Una Mirada Gastronómica a los Cobros Abusivos en Cartagena

Tato, nuestro crítico gastronómico, analiza la problemática en los cobros a turistas en Cartagena y una plantea perspectiva que surge de la gastronomía.

Estafa en playa de Barú, Cartagena
Estafa en playa de Barú, Cartagena Foto: Getty Images / Twitter

Se ha de saber que Cartagena está perdiendo el interés de futuros visitantes. ¿Cómo pretendemos vivir del turismo, si como país no sabemos de qué se trata el turismo?

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Con importante entusiasmo dan ganas de meterse debajo de un sofá cama, cada vez que sale una noticia acerca de un abuso de precios hacia los turistas en Cartagena. No existe un mejor influenciador para destrozar el valor de un lugar y de paso la identidad de su gente, que un cliente robado o maltratado.

La gastronomía, su filosofía, arte, ciencia, nobleza y la bondad que se descubre desde eso que llamamos la cocina, que a su vez es esa acción que transforma los alimentos para así llevarlos a la expresión más exquisita; presenta ante todos una perspectiva y ruta de pensamiento diferente y disruptivo, que además sugiere una solución con justicia a la problemática actual en los cobros abusivos en Cartagena.

Se debe ver como algo sensato para todos, comprender el valor real que tiene un producto o un servicio. A partir de esta información, se vislumbra una ruta del porqué y cómo, sin mucha lógica, compramos y gastamos nuestro dinero con poco sentido.

Cualquier plato de comida, producto, ocupación, servicio, profesión u oficio adquiere la característica de “fino” o “afinado”, a partir y a medida que su autor profundiza en los detalles que lo componen. Existe un contexto alrededor del porqué el cerebro humano tomó la decisión y ruta de buscar como transformar y así afinar lo que come, como también lo que pone en sus pies <<alpargata, chancleta, zapato>>, aquello que usa para cubrirse <<ropa>>; la arquitectura, la comunicación corporal y verbal, entre muchos otros cientos de miles de cosas. Esto se debe a que, por medio de nuestros sentidos, siempre tendremos la capacidad de hacer y percibir todo, con más gusto. <<gustosidad, detalle>>. Todo lo que ha surgido a partir de esa necesidad, el mundo lo llamó arte.

Cuando por primera vez descubrimos algo que nos sorprende, sea esto probado, sentido, oído, visto u olido corresponde a que algún ser humano pensó en la forma de superar su gusto y la forma como los demás lo perciben. Sea que lo entendamos o no, todo esto se logra por medio de los sentidos. Lo que cada persona puede considerar “rico o bueno”, es subjetivo; lo “exquisito y maravilloso, no”. Para llegar a lo exquisito, siempre se ha necesitado dar un paso más.

Se entiende desde lo anterior, que todo lo que sea creado o adornado por el cerebro humano, si es pensado y hecho con mayor profundidad en los detalles que lo componen, mayor será su valor y precio. Realmente uno paga es por eso y no se paga por un mayor valor, algo ordinario o sin detalles.

Para lograr un acuerdo en referencia a lo anterior y que no sea sujeto a algo subjetivo, es preciso que cada uno pueda experimentarlo por medio de sus propios sentidos. Solo así se puede encontrar razón y evidencia en estas letras.

Desde la perspectiva de la gastronomía y los misterios de la gustosidad, el problema jamás ha sido que cobren por una mojarra $250.000. El problema radica en la forma como presentan, cocinan, organizan y entregan la mojarra. A esto se le suma la higiene alrededor del plato, su fritura, transporte y demás aliños naturales que en su camino se agrega sin culpa a tan preciada proteína. “Desde babas, hasta quién sabe que espectáculo de mugre reposará en la uña del dedo gordo de la mano del personaje que le ofrece el plato al comensal; entre otras tenebrosas situaciones que surgen de las malas prácticas alrededor de los alimentos y lo poco lógico en relación con el cobro.”

Es prudente comprender que las acciones de estas personas son de supervivencia y por más justicieros que queramos ser para resolver la situación, siempre será preferible no juzgar ya que es realmente evidente la información que se ignora. La lógica de aquellos que piensan que pueden hacer este tipo de cobros sin ningún sentido más que el querer, muestra poco entendimiento acerca de la técnica y disciplina que le da valor a un plato. Los cocineros de verdad saben entregar un producto impecable; como debe siempre ser.

Con mucho respeto y amor por nuestra cultura gastronómica, quiero extenderle esta información al Señor alcalde de Cartagena Dumek Turbay. La filosofía que surge de la gastronomía expone una ruta de transformación de pueblos iniciando por su comida. El rigor, método y orden de esta profesión, lleva consigo unos estándares tan maravillosos que podrán cobrar eso y mucho más, con solo capacitarse en el arte detrás de ella. Esto impacta la economía, bienestar, cultura y futuro de la gente. La cocina construye seres humanos y por rebote a sus pueblos.

La misma mojarra con las técnicas adecuadas para su limpieza y alistamiento, con más detalle en su presentación, aliños y fritura, acompañada intencionalmente con un buen vino o cerveza para que su sabor y grasas sean llevadas a su máxima expresión de refinamiento, puede llevar los sentidos de cualquier ser humano a que su valor sea el que está en su carta.

Estas sentidas letras tienen la mejor intención para así ofrecer una perspectiva adicional a estas acciones que nos muestran como un país deshonesto con sus visitantes. “Siendo ya nosotros deshonestos, con nosotros mismos”.

Buen provecho.

Tato.

CRÍTICO & CONSULTOR GASTRONÓMICO

Chevalier “Caballero” de la Chaîne des Rôtisseurs

Association Mondiale de la Gastronomie | Bailliage National de Colombia

Instagram: @Lacriticasdetato

“X”: @tatootero79

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