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Opinión: Petro quiere convertir los parques de Bogotá en Zonas de Tolerancia para el consumo de drogas

La concejala Diana Diago escribe esta diatriba en contra de la derogación del decreto que prohibía el consumo y porte de drogas en espacios públicos

Con la derogación del decreto que prohibía el consumo y porte de drogas en espacios públicos, los colombianos tuvimos la oportunidad para ver el verdadero compromiso de nuestros gobernantes con la seguridad y la legalidad.

De inmediato, quienes realmente están comprometidos con la protección de nuestros niños, expidieron decretos en Medellín, Soacha, Bucaramanga y Santa Marta para cerrarle la puerta a los jíbaros y restablecer la prohibición del consumo de drogas en los espacios públicos, que deberían ser para las familias. Entre tanto, en Bogotá, seguimos esperando una decisión del alcalde, mientras aumenta la presión de un presidente que quiere convertir los parques en auténticas zonas de tolerancia en las horas de la noche.

Así, mientras la capital queda relegada y a la deriva sin una reglamentación en este sentido, el presidente Petro, a través del ministerio de Justicia, estableció un protocolo dirigido a las autoridades locales para “orientarlos” en la reglamentación en la restricción al porte y consumo de drogas en el espacio público.

Sin embargo, es sumamente preocupante que dentro de este protocolo el Gobierno Nacional está buscando “fijar un criterio temporal para la restricción como: Horarios de clases en escuelas y colegios, horarios de descanso y vida familiar de los niños, niñas y adolescentes”, entre otras. Es decir, el gobierno del presidente Petro está abogando por permitir el porte y consumo de drogas en espacios públicos durante las noches, dejando a los jíbaros en libertad de actuar sin restricciones en nuestros parques, en el espacio público que es de todos.

En caso de que el alcalde Galán adopte esta propuesta del presidente, Bogotá quedaría convertida en un remedo de Ciudad Gótica: el día será para las familias, mientras que en las noches quienes dominarán el espacio público son los Pingüinos y Guasones frente a los cuales la policía sería impotente.

Esta división temporal del espacio público plantea serios desafíos para la seguridad y la convivencia en la ciudad, incluso, abriéndole la puerta a que los parques y espacio público de la ciudad se conviertan en auténticas zonas de tolerancia para el porte y consumo de drogas.

En el pasado, Bogotá ya fue víctima del acuerdo cómplice entre Petro y Claudia López para desprestigiar y atar los brazos de nuestra fuerza pública. El resultado fueron meses enteros en los que la ciudad quedó a merced de los vándalos que destruyeron el Portal Américas y sumieron en el miedo a los bogotanos.

Hoy la Capital nuevamente corre el riesgo de quedar a merced de la conspiración entre unos gobernantes que no se preocupan por recuperar la legalidad y los principios en nuestro territorio.

Frente a este riesgo para nuestra ciudad y nuestros niños, le he propuesto al Concejo de Bogotá un Proyecto de Acuerdo que prohíba definitivamente el porte y consumo de drogas en nuestros parques y espacios públicos durante las 24 horas del día.

Esperemos que el nuevo alcalde, Carlos Fernando Galán, escuche a la ciudadanía y no le siga la idea al Gobierno Nacional. Esperemos que Galán se ponga del lado de las familias bogotanas que hoy reclaman espacios públicos sanos y libres de drogas. Esperemos que el alcalde acoja la disposición para la prohibición total del porte y consumo de drogas que le propuse al Concejo de la Ciudad.

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