Inició el año y con él, los escándalos que salpican al nefasto gobierno del cambio. Comenzó este año enmarcado en el derroche de recursos y la pésima administración de las finanzas del país. Nada bueno para los colombianos.
La primera noticia que tuvimos este año, es que por no cumplir con el contrato, exactamente con el pago a PANAM Sports, Barranquilla está ad portas de quedarse sin ser la sede de los juegos panamericanos por la negligencia de la ministra del Deporte, Astrid Rodríguez. Es gracias a la oposición y a la ciudadanía activa que presionan al mandatario para que el país no pierda oportunidades, y los Panamericanos puedan desarrollarse en el país.
En medio de tanta indignación, otro escándalo, pero esta vez por el derroche de la primera dama, que sin ser funcionaria del Estado, cuenta con un séquito de contratistas, que nos cuesta a los colombianos alrededor de mil millones de pesos y se van en maquilladora, fotógrafo, personal de styling, entre otros. ¡Qué tal eso! El país con tantas necesidades, viviendo una guerra en departamentos como el Cauca, tragedias como las que vive hoy el departamento del Chocó y el presidente de la república permite semejante derroche de recursos, definitivamente ellos sí están viviendo sabroso.
Pero eso no es todo, el despilfarro de los recursos de los colombianos continúa, ejemplo, alquilaron una casa en Davos, Suiza y pagaron 4500 millones de pesos, por tan solo 5 días, con el pretexto de impulsar el turismo. Hay que recordarle al presidente que el país vive una oleada de violencia y eso dificulta el turismo nacional y extanjero. Los colombianos indignados, pero para el presidente, es simplemente un acto “parroquial”, ¿Será que no se da cuenta del descontento ciudadano? Aparte de despilfarrador, prejuicioso.
Y siguen los escándalos, el presidente narcisista también se obsesiona por darse publicidad, con el “Periódico de la Vida”, que le cuesta más de 600 millones de pesos a los colombianos. Y acá está la ñapa: Contrataron a Nerú por la bobadita de 88 millones de pesos para que la señora Veronica Alcocer, no se quede sin masajitos, pero ahora también ayudará al clima laboral en la presidencia. Conclusión: Vivir sabroso a costillas de los colombianos.
Como ciudadana es lamentable escuchar el descontento de los colombianos, que quieren oportunidades, que esperan que la economía mejore, que se solucionen los problemas más álgidos del país, no que se malgasten los recursos. Este es un llamado para que realmente se trabaje por Colombia por los ciudadanos que quieren oportunidades reales.