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Opinión: Ni plebiscito, ni derrota

La representante a la Cámara Mafe Carrascal analiza los resultados de las elecciones regionales del pasado domingo y reflexiona sobre el momento del Pacto

Terminaron las elecciones locales y regionales, las y los colombianos eligieron en democracia. La narrativa de los medios y la oposición se ha centrado en decir de manera tajante, y sin el menor análisis, que los resultados son un “plebiscito contra Petro”, “una derrota para el Pacto”, “un castigo social para el Gobierno”, “un golpe político y electoral”, etc. Sin embargo, esa interpretación carece de profundidad analítica y peca de un centralismo que no toma en cuenta la compleja dinámica política del país, especialmente a nivel local. Es, sin duda, una visión reduccionista con la que buscan alimentar el resentimiento a un proyecto político de cambio que también ganó en las urnas, cuyo propósito es avanzar en una agenda social que nos garantice ser una potencia mundial para la vida.

Sobre los resultados de esta contienda electoral, quiero hacer algunas observaciones:

1. No es lo mismo una elección local/regional a una nacional.

Una elección local no puede ser vista como un referendo sobre la gestión del Gobierno Nacional. Las dinámicas y los intereses que se ponen en juego en elecciones territoriales son fundamentalmente diferentes. Estas elecciones están marcadas por preocupaciones locales y problemas específicos que tienen que ver principalmente con las gestiones locales. Por ejemplo, tanto en Medellín como en Cali, los resultados reflejaron un voto contra la administración Quintero y Ospina, respectivamente. Por eso, interpretar un voto en un contexto regional como un voto contra el Presidente demuestra una falta de comprensión sobre cómo funcionan las democracias descentralizadas. Pasar por alto estas diferencias y atribuir los resultados electorales únicamente al liderazgo nacional es simplista y engañoso.

2. Los resultados son principalmente una respuesta a la gestión de los gobiernos locales.

El presidente Gustavo Petro llegó hace un año al poder, los gobiernos locales salientes cumplieron ya 4 años. Entonces la pregunta que debemos hacernos es: ¿y estos gobiernos no tienen ninguna responsabilidad? Los desafíos locales exigen respuestas locales, por lo tanto, los resultados electorales no pueden verse únicamente como una respuesta hacia el Gobierno Nacional. De hecho, según la consultora Gerencia Del Poder (GDP), el Pacto Histórico está dentro del promedio histórico para los partidos de Gobierno en elecciones de mitad de periodo. Así, le fue peor que al Partido de la U en 2011, pero mejor que al Centro Democrático en 2019.

3. Las fuerzas políticas del Pacto Histórico mejoraron sus resultados con respecto al 2019.

Se debe tener en cuenta que Pacto Histórico es una Coalición Política lanzada en febrero de 2021 para las elecciones a Presidencia y Congreso, pero las fuerzas políticas que lo componen y acompañan innegablemente ha crecido en Bogotá y en todo el país: pasamos de tener 2 gobernaciones en 2019 a 5 más en 2023. En Bogotá, por ejemplo, el Pacto tuvo la tercera votación más alta al Concejo de Bogotá (376.733), obteniendo 7 curules, de las cuales 5 son mujeres, siendo la Coalición Política con mayor representación femenina en el Concejo Distrital. A su vez, el Pacto Histórico alcanzó el mayor número de curules dentro de las JAL con un total de 39 representantes en Bogotá, con una votación mayoritaria en 5 localidades.

4. ¿Y la participación política de las mujeres?

Con solo un 13% en alcaldías y un 18,8% en gobernaciones en las últimas elecciones, Colombia sigue rezagada en la región. Según el Foro Económico Mundial, alcanzar la paridad en participación política tomaría al menos 155 años. Pese a los avances, las mujeres seguimos enfrentando numerosas barreras, tanto estructurales como socioculturales, que limitan nuestra plena participación en la vida política. Es imperativo abordar esta problemática para establecer un terreno equitativo para la mitad de la población y enriquecer el espectro político con diversas voces y perspectivas.

Si bien este análisis no exime de ninguna responsabilidad, sí nos invita a un examen crítico y constructivo de los factores que han influido en el panorama político electoral actual. Atribuir estos resultados al “Despertar de Colombia” es reduccionista. Las victorias locales de maquinarias políticas enquistadas no representan un despertar, pero sí señalan que la ultraderecha cada vez va más hacia la derrota y que el cambio ¡avanza!.

Los avances del Pacto Histórico en cargos de elección popular son un buen punto de partida para iniciar un proceso de cualificación de las fuerzas que lo componen en todos los niveles de cara a lograr futuros logros políticos que, ahora sí, cumplan las expectativas del electorado y de las fuerzas sociales que apuestan por un cambio. Para todos es evidente que hay numerosos retos organizativos, políticos y de conducción persistentes. Consideramos que hoy, después de las elecciones del 29 de octubre, con los avances alcanzados estamos mejor posicionados para enfrentar esos desafíos.

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