Natalia creció sobreprotegida por su familia, era una niña insegura que usaba ropa ancha y hacía lo posible por mantenerse lejos de las miradas masculinas, pues cuando empezó la adolescencia y su cuerpo cambió, empezó a sentir miradas que no la hacían sentir cómoda.
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Estas inseguridades, el intento de una agresión en las calles de Buenos Aires, y un embarazo que decidió interrumpir de manera segura con la ayuda de sus familiares, la llevaron a crear esta fundación que hoy busca precisamente que las niñas crezcan sin miedo.
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Natalia es una de esas personas denominadas “héroes sin capa”, pero que trabaja con un gran propósito, enseñarles a las niñas los limites con los demás, sin crear distancia con los hombres, buscando ambientes más saludables entre hombres y mujeres, además de la hermandad y la sororidad (solidaridad entre mujeres).
La historia de Natalia es muy relevante, ha merecido columnas, crónicas y capítulos de libros dedicados a visibilizar su hermosa labor, pero lo que la hace diferente es su relación con la bicicleta.
Un día, mientras trabajaba en una agencia, su jefe se dio cuenta de que Natalia había entregado un proyecto con errores y no dudó en cuestionarla. Ella hizo una catarsis emocional con su jefe, quien le recomendó hacer algo que afianzara su seguridad; curiosamente le aconsejó montar en bicicleta.
La experiencia de Natalia fue muy impactante, porque descubrió que la bicicleta era un arma de empoderamiento, una manera de encontrar el equilibrio, sentirse autónoma y mirando al frente. Hoy Natalia lleva a cerca de 50 niñas en su bicicleta, es decir, en su fundación, que les cambia la vida a las familias de Soacha.
La bicicleta ha sido el símbolo de grandes competencias mundiales, en las que sin entrar en discusiones sexistas o de género, en su mayoría han sido abanderadas por hombres. En 1894, a sus 24 años, Annie Londonderry (Kopchovsky), una periodista nacida en letonia pero inmigrante en EEUU, le dio por primera vez la vuelta al mundo en bicicleta. Su recorrido alcanzó destinos como Egipto y Europa. A su regreso llevó a su familia a Nueva York y empezó a escribir bajo el slogan de “soy una periodista y una nueva mujer”. National Geographic ha reseñado su historia, que también ha sido retratada en el libro “Around the world in two wheels” y en Spin, una obra de teatro musical.
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Eso quiere decir que cuando Shakira le decía a Carlos Vives que la llevara en su bicicleta, en esa popular canción que también sonó en Vibra, tal vez la historia debió ser al contrario. Carlos gritando ey, Shak, llévame en tu bicicleta.
En Vibra resaltamos las labores que, como las de Natalia, buscan aportarle al mundo, y por eso también queremos que quienes lean esta columna se unan a un evento especial este 2 de noviembre en Mc Carthys Irish Pub de la Zona Rosa en Bogotá, en el que a través de un tributo a Soda Stereo con la banda @ceratitributo, Natalia y su fundación se adelantarán a la fecha mundial de la lucha en contra de la violencia contra la mujer, que tiene lugar el 25 de noviembre.
Ahí nos vemos para que con algo de música ligera podamos decirle ey, Natalia, llévanos en tu bicicleta.